Estas señales te indican que tus niveles de cortisol están demasiado altos
AGENCIAS / EL TIEMPONo en vano le dicen la hormona del estrés, y es que esta respuesta de nuestro cerebro ante los desafíos del día a día y que nos pone en tensión, es la primera detonante del cortisol, producido por las glándulas suprarrenales.
Aunque estas glándulas son pequeñas, el impacto de altos niveles de cortisol es grande y puede tener consecuencias que se manifiestan no solo emocionalmente, sino también físicamente.
Es normal que los valores de cortisol fluctúen a lo largo del día, dependiendo de las circunstancias y de nuestro contexto. Y es que su función, según se explica en Medline Plus, se vincula a prácticamente todos los órganos y estructuras del organismo y ayuda a reducir la inflamación, a controlar los niveles de azúcar en la sangre, a regular el metabolismo, equilibrar la presión sanguínea y, por supuesto, ayuda a nuestro cuerpo a lidiar con el estrés.
El aumento de los niveles de cortisol en el cuerpo puede deberse a varias razones, pero la primera responde al manejo del estrés ya que es producido en situaciones de tensión y desafiantes con lo cual nos ponen en estado de alerta.
Otras causas que pueden influir en el desequilibrio de esta hormona tienen que ver con el ritmo circadiano, pues sus niveles fluctúan a lo largo del día, siendo más altos en la mañana y más bajos en la noche, para mantener en equilibrio el ciclo de vigilia y sueño.
La práctica intensa de ejercicio físico también aumenta la segregación de cortisol, para mantener el rendimiento, y esto está bien, cuando no lo está es cuando se mantiene por tiempo prolongado. Asimismo, algunas enfermedades, el consumo de algunos medicamentos, así como una alimentación deficiente en nutrientes y con excesos de azúcar y cafeína, también influyen en el desequilibrio de esta hormona. Pero, ¿qué ocurre si se produce demasiado cortisol?
Si bien es una hormona muy importante para el funcionamiento del organismo, su exceso crónico puede tener consecuencias perjudiciales para la salud, como problemas son el sistema inmune, el metabolismo, el sistema cardiovascular. Aquí es donde se entiende más claramente por qué el estrés enferma, no solo emocionalmente, sino físicamente. Así lo explica la psicólogo clínico Rosa María Fernández.
La psicólogo explica que algunas de las señales más notorias de que nuestros niveles de cortisol están muy altos podemos percibirlas en nuestro físico. “La caída del cabello, el insomnio, la inflamación abdominal, la sensación de sofocación y la sensación de que falta el aire, son algunos de estos signos físicos. Igualmente, en cuanto a nuestro estado de ánimo, la irritabilidad, los pensamientos negativos que irrumpen más frecuentemente de lo habitual, la desmotivación, y el ánimo bajo se suman a la lista”.
Adicionalmente, Fernández dice que también podemos sentir que nos asustamos con facilidad, que nos cuesta relajarnos, también que estamos a la defensiva sin necesidad e incluso podemos presentar ataques de pánico. Aunque son señales bien específicas, la doctora recomienda acudir al especialista y corroborar estos datos con un exámen de sangre. Cuanto más temprano detectemos estos niveles alterados, más rápido podemos abordar los cambios necesarios y dejar menos espacio para la aparición de enfermedades.
Qué hacer
Fernández dice que además de acudir a un especialista que haga un diagnóstico completo y nos brinde herramientas eficientes para gestionar nuestra ansiedad, hay mucho que podemos hacer para controlar este exceso de cortisol en el cuerpo. Es nuestra responsabilidad tomar acciones para mejorar nuestra vida y eso comienza poniendo atención a nuestro cuerpo, escuchándolo y llevándolo al equilibrio.
En primer lugar, la especialista recomienda retomar el balance del organismo. Para ello dice que debemos enfocarnos en una buena alimentación que siempre se ingiera en paz, con tiempo y calma, y además que contenga nutrientes esenciales e ingredientes con acción desinflamatoria como zanahorias, vegetales de hojas verdes, jugos verdes bien preparados, frutas, evitar el azúcar y los alimentos procesados, siendo estos los peores para el organismo.
Dentro de este balance también está enfocarnos en propiciar el descanso y momentos para relajarnos. Además, ser consistentes con una buena rutina de sueño
Otra recomendación es controlar y modular nuestros pensamientos, activar contenidos positivos en nuestra vida y trabajar por mantener el optimismo. “Siempre y para todo hay un enfoque bueno y uno malo. Hay que hacer el esfuerzo de enfocarnos en lo bueno, retroalimentarnos con ello”.
En este sentido, Fernández aconseja hacernos conscientes con la mayor frecuencia posible de nuestros logros, de lo bueno que nos ocurre, de valorar lo estable que podemos tener, de agradecer nuestro entorno y la gente que tenemos cerca que nos apoya. Además hay que fomentar este tipo de pensamientos.
Además, también se sugiere buscar oportunidades para subir los niveles de la hormona de la felicidad, pues si esta aumenta, el cortisol baja: abraza más, busca a tus amigos, relaciónate con gente que aprecias, ríete, haz el bien sin mirar a quien, y vive el presente.
Otra clave muy importante es que tratemos de establecer una rutina en nuestra vida, levantarnos y acostarnos a la misma hora, planificar nuestro día y que en este plan haya espacio tanto para el trabajo como para el esparcimiento y el descanso. “Hay que dejar atrás la creencia de que para ser más eficientes y rendidores tenemos que estar alerta 24/7. Si acostumbras al cuerpo a manejarse de manera estable, con una rutina y un plan, seremos aún más rendidores porque estaremos enfocados en cada cosa que nos planteamos para completar a lo largo del día”.
Por último, hay que plantearse un objetivo. No se trata de una misión de vida, sino un objetivo claro por cumplir en determinado periodo de tiempo. El objetivo te invita a avanzar sin mirar atrás. Eso sí, no menospreciemos ni comparemos nuestro avance, porque cada paso que demos, por mínimo que sea nos conduce a alcanzar lo que queremos.
“Si el objetivo es lograr más salud, más unión familiar, ser más productivo en el trabajo, consolidar una pareja aprecia cada paso del proceso, acepta y reconoce tus cambios, y enfócate en evadir los obstáculos que retrasan el logro de ese objetivo”, dice la experta y culmina recordando la importancia de disfrutar de cosas simples como tomar el sol unos minutos en las mañanas, respirar, meditar, y agradecer. Estas son claves para una buena gestión de la ansiedad y lidiar con el estrés.
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