Un estudio reciente sugiere que tener un padre con la enfermedad de Alzheimer podría aumentar el riesgo de sufrir cambios cerebrales asociados con este trastorno degenerativo.
Las personas cuyos padres padecieron Alzheimer mostraron una mayor propagación de proteínas tau en el cerebro, según los resultados publicados en la revista Neurology. Los ovillos tóxicos de tau en el cerebro son un rasgo característico de la demencia de Alzheimer en etapas avanzadas.
Hasta ahora, se creía que el riesgo genético para desarrollar Alzheimer se transmitía principalmente a través de las madres que padecen la enfermedad, señalaron los investigadores.
"Nos sorprendió descubrir que las personas con un padre afectado por el Alzheimer eran más vulnerables a la propagación de la tau en el cerebro, ya que habíamos supuesto que encontraríamos más cambios cerebrales en aquellos con madres afectadas", comentó Sylvia Villeneuve, investigadora principal del estudio y catedrática en detección temprana de la enfermedad de Alzheimer en la Universidad McGill de Montreal, Canadá.
El estudio incluyó a 243 personas con antecedentes familiares de Alzheimer, todas sin problemas de memoria o pensamiento a una edad promedio de 68 años. Los antecedentes familiares se definieron como aquellos con uno o ambos padres afectados por la enfermedad, o al menos dos hermanos con Alzheimer.
Los participantes se sometieron a escáneres cerebrales y pruebas cognitivas al inicio del estudio y luego, en un seguimiento promedio de casi siete años.
Durante el seguimiento, 71 personas desarrollaron un deterioro cognitivo leve, una señal temprana de la enfermedad de Alzheimer. Los investigadores descubrieron que las personas con un padre con Alzheimer presentaron una mayor propagación de la proteína tau en el cerebro.
Además, aquellos con más tau en el cerebro experimentaron un mayor deterioro cognitivo si su padre había padecido Alzheimer.
En términos generales, las mujeres tendieron a acumular más tau en el cerebro, lo que sugiere que las mujeres son más susceptibles a la propagación de tau, señalaron los investigadores.
"Esto sugiere que el sexo femenino está más estrechamente relacionado con la acumulación de tau en etapas tardías, lo que concuerda con estudios previos que muestran un deterioro cognitivo más rápido en mujeres con Alzheimer una vez que el deterioro comienza", comentó Lyduine Collij, becaria postdoctoral en la Universidad de Lund en Suecia, en un editorial relacionado.
"Comprender mejor estas vulnerabilidades podría ayudarnos a desarrollar intervenciones personalizadas para proteger contra el Alzheimer", concluyó Villeneuve.