Un estudio reciente señala que las personas con implantes cardíacos podrían enfrentar riesgos si son sometidas a descargas de una potente pistola de toques de mano, como las Taser.
La descarga eléctrica fuerte generada por una pistola Taser podría afectar el funcionamiento de un marcapasos o un desfibrilador implantado, causando que el dispositivo deje de funcionar o que dispare una descarga inapropiada debido a la detección errónea de un ritmo cardíaco anormal, según informaron los investigadores en la revista Heart Rhythm.
"Los electrochoques portátiles disponibles actualmente representan un riesgo importante de interferencia cuando se aplican cerca de dispositivos electrónicos implantables cardiacos (CIED)", indicó el Dr. Lars Eckardt, cardiólogo del Hospital Universitario de Münster, Alemania, y líder del estudio.
Se ha registrado más de 1,000 muertes en Estados Unidos vinculadas al uso policial de pistolas Taser, mencionaron los investigadores como contexto.
En este estudio, los investigadores probaron seis marcapasos y 10 desfibriladores cardioversores implantables de distintos fabricantes. Los dispositivos fueron colocados debajo de los músculos del pecho de cerdos sacrificados, y luego se aplicaron descargas eléctricas a la piel de los cerdos utilizando tres tipos diferentes de pistolas Taser para observar cómo respondían los implantes a la carga.
Los investigadores emplearon pistolas de toques de mano, que tienen contacto directo con la piel, en lugar de las pistolas Taser utilizadas por la policía, que transmiten la corriente a través de dardos con cable. El modelo PowerMax generó la mayor descarga, de 500,000 voltios, y mostró un alto riesgo de interferencia con todos los implantes cardíacos probados. En 16 dispositivos evaluados, el PowerMax causó la interrupción de la estimulación eléctrica, y seis de los 10 desfibriladores interpretaron la descarga como un episodio de ritmo cardíaco elevado.
Las pistolas Taser con descargas menores (250,000 voltios y 50,000 voltios) mostraron un riesgo mucho menor de interferir con los dispositivos cardíacos. Sin embargo, la pistola Taser de 250,000 voltios aún provocó la interrupción de la estimulación en 10 de los 16 dispositivos.
Los investigadores se sorprendieron al descubrir que la ubicación de los dispositivos debajo del músculo no redujo significativamente el riesgo de interferencia por la carga de la pistola. Los hallazgos también sugieren que una potente descarga eléctrica podría afectar un implante cardíaco incluso si la corriente se aplica en una parte del cuerpo alejada del pecho.
"Esperábamos que la distancia entre la aplicación del electrochoque y el sitio de implantación tuviera un mayor impacto en el riesgo de interferencia, pero los resultados fueron contrarios", comentó el Dr. Felix Wegner, cardiólogo y principal investigador del estudio. "Estos resultados inesperados indican que las aplicaciones de electrochoques en áreas extensas del cuerpo de un paciente con un CIED pueden generar un riesgo relevante de interferencia", añadió.
A pesar de la interferencia, ninguno de los dispositivos resultó dañado directamente por las descargas eléctricas.