Según datos recientes de un estudio británico, el trauma experimentado por el hijo mayor de una familia puede predecir problemas de salud mental en sus hermanos menores.
La investigación encontró que las probabilidades de que un niño desarrolle trastornos mentales aumentan considerablemente si su hermano mayor experimentó maltrato, falta de vivienda, lesiones o cualquier otra forma de adversidad durante sus primeros 1,000 días de vida. El estudio fue publicado el 3 de febrero en The Lancet Public Health.
El Dr. Gene Feder, coautor del estudio y profesor de atención primaria en la Universidad de Bristol, señaló que identificar a los hijos primogénitos que atraviesan experiencias adversas podría ser clave para prevenir problemas futuros en otros niños de la familia. Ayudar a los padres primerizos a manejar el estrés y otros problemas podría reducir el impacto de esas adversidades, incluso en los hermanos menores.
El estudio, liderado por el Dr. Shabeer Syed, psicólogo clínico en la UCL, analizó los registros médicos de más de 333,000 madres británicas y casi 535,000 niños entre 2002 y 2018. Se rastrearon seis tipos de "adversidad" que pudo haber experimentado cualquier hijo primogénito, tales como maltrato infantil, violencia de pareja, abuso de sustancias por parte de la madre, problemas de salud mental materna, condiciones familiares difíciles (como la falta de vivienda) y maltrato de alto riesgo (como lesiones sospechosas).
Más de un tercio (37,1%) de los primogénitos experimentaron alguna forma de adversidad. Los problemas de salud mental materna (21,6%) y los entornos familiares difíciles (14,5%) fueron los más comunes. Aproximadamente uno de cada cinco niños fue diagnosticado con un problema de salud mental entre los 5 y 18 años.
El estudio reveló que las madres cuyo primogénito había sufrido adversidad tenían un 71% más de probabilidades de que otros hijos también fueran diagnosticados con problemas de salud mental. Según Syed, esto refleja un "riesgo de salud en cascada", donde las experiencias adversas continúan afectando a otros miembros de la familia. Identificar este riesgo y ofrecer apoyo a los padres podría interrumpir este ciclo.
La coautora Jessica Deighton destacó que, cuando se detectan desafíos significativos en los niños, como el abuso doméstico o la pobreza, es fundamental ampliar el enfoque al resto de la familia, incluidos los hermanos, para garantizar que todos los niños reciban la atención necesaria lo más pronto posible.
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