El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición neuropsiquiátrica que afecta áreas como la comunicación, la interacción social y el comportamiento.
Detectar los signos de autismo de manera temprana es clave para ofrecer intervenciones que favorezcan el desarrollo y la calidad de vida de los niños. Aquí te mostramos algunas señales de alerta y qué hacer si sospechas que tu hijo podría tener autismo.
Aunque cada niño se desarrolla a su propio ritmo, hay ciertas señales que los expertos identifican como posibles indicadores de TEA. Detectarlas antes de los tres años es crucial para intervenir a tiempo. A continuación, algunas señales comunes:
Contacto visual limitado: Si tu hijo no muestra sonrisas amplias ni otras expresiones de alegría a los 6 meses, podría ser una señal de alerta. Los bebés suelen responder a la interacción social a través de gestos y contacto visual, y la falta de estas respuestas podría indicar problemas en este ámbito.
Falta de respuesta al nombre: Si a los 12 meses tu hijo no responde cuando lo llamas por su nombre, es importante consultar a un especialista, ya que la falta de respuesta puede ser un indicio de dificultades en la interacción social, una característica central del TEA.
Ausencia de balbuceo o gestos: A los 12 meses, los bebés comienzan a balbucear y a utilizar gestos como señalar o saludar. Si tu hijo no muestra estos comportamientos, especialmente a los 9 meses, puede ser signo de retrasos en su desarrollo.
Retraso en el habla: El retraso en el desarrollo del lenguaje es una de las señales más claras del autismo. Si tu hijo no ha dicho palabras simples a los 16 meses o frases de dos palabras a los 24 meses, se recomienda consultar a un pediatra.
Comportamientos repetitivos: Movimientos repetitivos, como el aleteo de manos, balanceo del cuerpo o insistencia en rutinas específicas, son comunes en el TEA. Estos comportamientos pueden estar relacionados con la necesidad de crear control o calma frente a estímulos externos.
La importancia de la detección temprana: Identificar el autismo de manera temprana no solo facilita la comprensión de las necesidades de desarrollo del niño, sino que también permite acceder a terapias y estrategias que pueden hacer una gran diferencia en su vida. Diversos estudios han demostrado que la intervención temprana mejora la comunicación, las interacciones sociales y el comportamiento general del niño.
Una herramienta ampliamente utilizada por los profesionales para detectar signos de TEA en niños pequeños es el M-CHAT-R (Modified Checklist for Autism in Toddlers, Revised), un cuestionario diseñado para identificar riesgos de autismo en los primeros años de vida.
¿Qué hacer si sospechas que tu hijo tiene autismo? Si has observado alguna de las señales mencionadas, lo mejor es actuar rápidamente. El primer paso es consultar a un pediatra, quien podrá evaluar el desarrollo de tu hijo y, si es necesario, derivarlo a un especialista. Dependiendo del caso, el pediatra puede recomendar una evaluación por neurólogos pediátricos, psicólogos infantiles o terapeutas del lenguaje para obtener un diagnóstico preciso.
Si se confirma el diagnóstico de autismo, es fundamental iniciar las terapias de intervención temprana lo antes posible. Estas terapias están diseñadas para mejorar el desarrollo cognitivo, emocional y social del niño, ayudándole a adaptarse mejor a su entorno.