Comer en menos de 15 o 20 minutos, no masticar bien o no hacer pausas entre bocados son señales de que se está ingiriendo comida demasiado rápido. Según Bedmar, esto puede generar malestar gástrico, reflujo gastroesofágico, distensión abdominal y acumulación de gases. Con el tiempo, esta práctica podría conducir a sobrepeso, obesidad y problemas cardiovasculares.
Uno de los principales inconvenientes de comer rápido es que el cerebro tarda unos 20 minutos en recibir las señales de saciedad. Si se come demasiado rápido, es posible consumir más cantidad de la que se necesita antes de sentirse lleno.
Para promover una alimentación más pausada y saludable, Bedmar sugiere adoptar algunos hábitos sencillos:
Usa cubiertos y elige alimentos que requieran masticación Los bocadillos o batidos se suelen consumir rápidamente, por lo que optar por opciones como ensaladas o frutas frescas, que requieren más masticación, ayuda a reducir la velocidad de ingesta.
Evita distracciones al comer Comer mientras se ve televisión, se usa el teléfono o se trabaja convierte la alimentación en un acto automático. Prestar atención a la comida permite percibir las señales de saciedad y disfrutar más los sabores.
Comparte la comida con otros Comer con amigos, familiares o compañeros de trabajo fomenta un ritmo más pausado y favorece la socialización.
Separa la comida del trabajo Comer frente al ordenador hace difícil concentrarse en la comida. Es ideal dedicar un espacio y tiempo exclusivo para las comidas.
Planifica las comidas con antelación Organizar los tiempos de comida y preparar opciones equilibradas permite comer sin prisas y asegurar una buena alimentación.
Prueba comer con palillos Si no se tiene mucha práctica, los palillos chinos pueden ayudar a reducir la velocidad al comer.
Sirve los platos por separado Servir los alimentos uno a la vez en lugar de todos juntos en la mesa fomenta una comida más pausada.
Evita cortar los alimentos en trozos muy pequeños Esto obliga a trocearlos con cubiertos durante la comida, lo que ralentiza el ritmo de ingesta.
Presta atención a la masticación Masticar entre 10 y 30 veces cada bocado facilita la digestión y previene problemas estomacales.
Durante los meses más calurosos, una mala conservación o preparación de ciertos alimentos puede aumentar considerablemente el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Las altas temperaturas aceleran la descomposición de muchos productos, lo que favorece la proliferación -- leer más