Si el frío intenso no fuera suficiente, el primer partido en casa de los New York Yankees también podría reseñar un inusual terremoto el viernes por la mañana.
El segunda base de los Yankees, Gleyber Torres, estaba practicando bateo con el entrenador de banca Brad Ausmus en el campo cuando el terremoto sacudió la región. Los Azulejos aún no estaban en el campo. Los jugadores que se encontraban en el club visitante no reaccionaron al temblor.
El mánager de los Yankees, Aaron Boone, que estaba en el campo durante el terremoto, dijo que sintió una vibración en sus pies. No se dio cuenta de que era un terremoto. Boone, un producto de la USC, señaló que estaba acostumbrado a los temblores después de crecer en el sur de California.
"Pensé que era el sistema de sonido", dijo Boone.
El terremoto alcanzó una magnitud de 4.8, según el Servicio Geológico de Estados Unidos y, según se informa, se pudo sentir desde Filadelfia hasta Boston.
Después del terremoto, todo indicaba que el partido se jugaría a las 13:05 horas, según lo previsto.
