Árboles centenarios fueron arrancados de raíz, postes de luz se doblaron como si fueran de papel, y estructuras metálicas fueron retorcidas como si fueran desechables.
Una intensa tromba registrada durante la tarde de ayer sacudió la ciudad de Piedras Negras, con una fuerza inusitada, desatando una secuencia de eventos caóticos y dejando una estela de destrucción a su paso.
Desde tempranas horas, los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional y las advertencias emitidas por el departamento de Protección Civil mantenían en alerta a la comunidad, anticipando la llegada de un fenómeno climático de proporciones considerables.
Torrencial. Los primeros signos de la tormenta se hicieron evidentes alrededor del mediodía, cuando el cielo se oscureció abruptamente y el viento comenzó a azotar con una intensidad creciente. A medida que avanzaba la tarde, la lluvia se convirtió en un torrencial diluvio, acompañado por vientos huracanados que alcanzaron velocidades máximas de hasta 98 kilómetros por hora. La combinación de lluvia torrencial y vientos violentos resultó en un caos generalizado en las calles y avenidas de la ciudad.
Daños. Los estragos de la tormenta fueron evidentes en cada rincón de Piedras Negras. Árboles centenarios fueron arrancados de raíz, postes de luz se doblaron como si fueran de papel, y estructuras metálicas fueron retorcidas como si fueran juguetes.
Los residentes se refugiaban en sus hogares, escuchando con temor el rugido de la tormenta que azotaba con furia sus ventanas y puertas. El sistema eléctrico de la ciudad sufrió un colapso casi total, dejando a más del 70% de las colonias sumidas en la oscuridad y privadas del suministro de energía. Las cuadrillas de la Comisión Federal de Electricidad trabajaron incansablemente para restaurar el servicio, enfrentando obstáculos significativos debido a la magnitud de los daños causados por la tormenta.Las autoridades locales, encabezadas por la Presidenta Municipal de Piedras Negras, coordinaron las labores de respuesta y emergencia desde el Centro de Operaciones de Protección Civil.
Boletín. El Comandante Francisco Contreras, al frente de los esfuerzos de rescate, reportó un total de 12 caídas de árboles, destacando los incidentes más relevantes en la colonia Hidalgo, cerca de la Central, así como en la escuela Hidalgo del sector centro y en el jardín de niños de la colonia Real del Norte. Además de los daños materiales, la tormenta dejó una sensación de vulnerabilidad en la comunidad.
Situación. El vórtice de tornado avistado a 27.5 kilómetros al oeste, cerca de Zaragoza, sembró el temor entre los habitantes, aunque afortunadamente no tocó tierra. El contacto con las autoridades de Protección Civil en municipios vecinos confirmó que, si bien hubo fuertes vientos y lluvias, no se registraron víctimas ni lesionados.
En medio de la adversidad, la solidaridad y la resiliencia de la comunidad emergieron como fuerzas motrices. Vecinos se ayudaban mutuamente a despejar escombros, compartir recursos y brindar consuelo.
Seguridad. Las redes sociales se convirtieron en un canal vital para coordinar la ayuda y mantener informada a la población sobre las últimas actualizaciones y medidas de seguridad.
A medida que la tormenta se disipaba y la noche caía sobre Piedras Negras, la ciudad comenzaba a evaluar los daños y a prepararse para la ardua tarea de reconstrucción. Si bien los estragos de la tormenta serán recordados durante mucho tiempo, también queda el recuerdo de la solidaridad y la fortaleza demostradas por una comunidad unida frente a la adversidad. Aunque los daños materiales eran evidentes y la recuperación sería un proceso largo y arduo, la determinación de la comunidad por reconstruir y seguir adelante era innegable. Unidos por la adversidad, los habitantes de la ciudad se comprometieron a trabajar juntos, apoyarse mutuamente y construir un futuro más fuerte y resistente.
