El 4 de junio del 2021 perdieron la vida 7 hombres que se ahogaron al menos 100 metros bajo tierra.
En el municipio de Múzquiz, 7 hombres entraron a trabajar en la mina Macarán sin imaginar que jamás saldrían. Tal y como le pasó a Pedro Martínez, de 25 años de edad, quien con apenas un día de trabajo vivió un infierno en vida del cual nunca salió.
Ana Patricia Martínez, hermana del minero, llora a diario la pérdida del joven a quien tuvo en sus brazos cuando tan solo era un bebé mismo que tenía grandes sueños por cumplir y quedaron sepultados bajo el carbón o más bien ahogados.
Inconformidad. A la fecha el terrible accidente registrado en el mes de junio del 2021 no ha tenido culpable alguno, y mucho menos las familias han sido indemnizadas, es por ello que, las viudas, madres y hermanas de los mineros acudieron a Pasta de Conchos y en la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador le exigieron justicia.
Pánico. Escalofríos en todo el cuerpo, miedo e incertidumbre, es un poco del horror que los mineros vivieron luego de que la mina no solo colapsara, sino que se llenó completamente de agua en cuestión de un par de minutos y con ello ahogó los llantos y lamentos de 7 padres, hermanos, hijos o hasta buenos amigos. Oficialmente, la necropsia de ley comunicó deceso, por asfixia, por sumersión. “Se murieron ahogados, otros que estaban afuera vieron y sabían el riesgo, pero no hicieron nada. El patrón solo se paró a ver cuando llegaron las viudas y después de eso se fue como si nada”, recordó Ana.
Tortura. Con voz quebrada y ojos llenos de lágrimas, Ana relató que, cada día, recordar la pérdida de su hermano es un martirio que la dejó viviendo con un hueco en el corazón. Es por ese mismo motivo que el retrato de cada minero en una pancarta sirvió para que las valientes mujeres exigieran justicia y cárcel para el dueño de la mina, a quien cotidianamente ven transitando por el municipio, disfrutando como si 7 vidas más no se hubieran perdido.
“Justicia para los mineros de la mina Micarán, parece que fueran animales los que fallecieron, no les importa, lo dejan como si nada”, expresó Ana.
Son 16 los huérfanos que desde hace 3 años lloran la pérdida de su progenitor, 7 las viudas y 7 las madres que cada día sienten un nudo en la garganta con el alma incompleta.
