Van a prisión unos cuantos años, víctimas sufren de por vida
Katya González / El Tiempo MonclovaLas agresiones sexuales en los menores dejan una serie de afectaciones, se pierde el sentido de la vida. La víctima al ser traicionada se ven imposibilitada a vincularse desde el afecto. Y siente que no volverán a ser felices nunca más
Saltillo, Coahuila, MÁS. – El trastorno de estrés postraumático generado a partir de una agresión sexual puede marcar de por vida a los niños que han sido víctimas de este delito, coinciden especialistas en salud mental, mientras que el 96 % de los abusadores reciben pocos años de prisión.
Entre 2018 y 2024, 119 casos de abuso y violación sexual en contra de niños fueron denunciados y recibieron una sentencia en Coahuila. Sólo el 4 % concluyó mediante un juicio oral y obtuvo una sentencia mayor de 40 años. El resto recibió una condena de entre 2 y 10 años al concluirse mediante un procedimiento abreviado, según el Poder Judicial del Estado de Coahuila.
Según una especialista en Psicología Forense, adscrita al Centro de Atención a Víctimas del estado, una agresión sexual tiene un grado de afectación muy grave en las víctimas y quienes lo rodean, pues repercute en su entorno social, familiar y escolar, y además limita el desarrollo de los niños.
Entre los principales síntomas presentes en una víctima destacan: la tristeza, el miedo, el coraje, un sentimiento de indefensión, ideación suicida, automutilación, inapetencia alimenticia, perdida de interés en actividades que eran gratificantes anteriormente y aislamiento social. En repetidas ocasiones, los menores, víctimas de abuso sexual y violación manifiestan sentir que no volverán a ser felices nunca más.
Una psicóloga forense de la Fiscalía General del Estado, especializada en niños, niñas y adolescentes, señala que además de estos síntomas, las víctimas también presentan una ansiedad excesiva por la sexualidad, la culpabilidad al pensar que si hubiera hecho algo diferente podría haber evitado la situación; así como la necesidad de recurrir a la fantasía por compensación, cuando piensan que pueden salvar a otras víctimas.
Las agresiones sexuales en los niños dejan una serie de afectaciones. Entre las físicas, se encuentra la falta de control de esfínteres o regresión y problemas de alimentación; además son frecuentes los problemas de sueño como las pesadillas; en lo conductual también son frecuentes las lesiones, el bajo rendimiento escolar, el miedo a pasar por una situación similar, depresión ansiedad y agresividad.
Una especialista en tanatología, quien brinda atención a víctimas sexuales, señaló que los niños viven un duelo por la perdida del derecho al respeto de su cuerpo y la pérdida del sentido tenían de sí mismos.
Este es un duelo complicado o desestructurado en donde es recurrente de la crisis a la tristeza, pues se pierde el sentido de la vida, el cual representa una limitante en la manera de socializar de los niños, pues se ven en problemas para establecer un vínculo afectivo, el cual es asociado con la confianza, es decir, al ser traicionada, la víctima se ve imposibilitada a vincularse desde el afecto.
En tanto, un psiquiatra del Centro de Salud Mental de Saltillo señala que las víctimas presentan un trastorno de estrés postraumático del que se deriva el temor a que su agresor vuelva a dañarlos.
“Sienten que la persona puede llegar, que está afuera de la puerta, que puede volver a hacerles daño”, explicó.
Explicó que este trastorno puede limitar la capacidad de los niños de tener una vida cotidiana normal, pues este los marca de por vida y afecta todas sus relaciones interpersonales presentes y futuras.
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