"La vida pirata es la vida mejor. Sin trabajar. Sin estudiar", reza parte de la letra de la canción del Mägo de Oz. Cuenta la leyenda que una vez al año la luna se esconde aterrorizada, coincidiendo con la ausencia de Jude Bellingham, y que el mar se tiñe de sangre. De sus aguas emergió un barco que tuvo que aprender a sobrevivir por primera vez en un partido complicado sin el '5' inglés en el estadio de Gran Canaria.
Bellingham se quedó en tierra por acumulación de tarjetas y Ancelotti tiró de plan B para tratar de que la vida sin el inglés pasase lo más rápido posible.
La importancia de esa ausencia se explica en sus impresionantes cifras de goles y asistencias (18 y 8 entre todas las competiciones) y en su chispa. El trabajo del inglés en la parte ofensiva y defensiva, al que siempre acompaña con mucho carácter, fue la exigencia de Ancelotti a las dos piezas que movió contra Las Palmas.
Ceballos y Brahim entraron en el once... pero no terminaron de entender lo que necesitaba el equipo para destrozar el entramado defensivo del Madrid. El primero porque ralentizaba en exceso el juego blanco y estuvo errático en el pase... y el segundo porque casi no apareció en todo el partido. 12 pases en 58 minutos, cuando fue sustituido, son unos números demasiado pobres para el futbolista malagueño, que está firmando una gran temporada.
Un experimento fallido de Carlo Ancelotti que acabó salvando el Madrid gracias a las jugadas de estrategia de Davide. 9 tantos del Madrid a balón parado en lo que llevamos de temporada...
