Las científicas Edda Sciutto Conde y Gladis Fragoso González, en colaboración con académicos de la UNAM, han desarrollado una molécula sintética revolucionaria llamada GK-1, con propiedades antitumorales y antimetastásicas que podrían cambiar el panorama del tratamiento del cáncer de mama.
La molécula GK-1 fue creada inicialmente como parte de una vacuna contra la cisticercosis porcina, pero durante extensas investigaciones, las científicas descubrieron que poseía propiedades únicas.
A través de experimentos en un modelo murino de cáncer de mama, se comprobó que la GK-1 tiene la capacidad de prevenir la formación de tumores y reducir significativamente las metástasis.
El logro de Sciutto y Fragoso fue reconocido con el tercer lugar en la categoría de Investigación Básica del premio Canifarma 2023, otorgado por la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica.
En entrevista, Sciutto Conde explicó que la molécula GK-1 mostró resultados prometedores al ser administrada a ratones con cáncer de mama triple negativo, la forma más agresiva de este tipo de cáncer. No solo redujo el tamaño de los tumores de manera significativa, sino que también disminuyó las metástasis tanto a nivel macroscópico como microscópico.
La científica Fragoso González resaltó que, además de su efectividad, la molécula GK-1 demostró ser inocua en dosis altas, a diferencia de muchas moléculas utilizadas en tratamientos contra el cáncer que suelen ser tóxicas o costosas.
El siguiente paso será llevar a cabo estudios clínicos en humanos, comenzando con la Fase Clínica I para evaluar la seguridad y tolerabilidad en voluntarios sanos. Si los resultados son positivos, se avanzará a la Fase Clínica II para evaluar la eficacia en pacientes con cáncer de mama.
Fragoso González destacó la ventaja adicional de la molécula GK-1: su bajo costo, lo que podría hacer que el tratamiento sea accesible para un mayor número de pacientes. El proyecto ha recibido apoyo del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, un respaldo sin precedentes para la investigación clínica.
La esperanza es que la molécula GK-1 pueda ser una opción efectiva y asequible para mejorar la supervivencia y calidad de vida de los pacientes con cáncer de mama en el futuro.
