En seguridad social, el Seguro Social cuenta con mejor equipamiento, pero el servicio a los trabajadores y sus familias tiene quejas en atención, servicio y trato.
Cuando Rogelio Mauricio Rodríguez reaccionó estaba en una cama de urgencias del IMSS y vivía, luego de estar muerto o en el umbral, pues su accidente no fue para menos, una descarga eléctrica de los cables de energía lo alcanzaron cuando hacía tareas de mantenimiento en una plaza comercial, es un trabajador que como miles cuentan con la seguridad social del IMSS pagando sus cuotas, pero la atención deja dudas en su eficiencia, cuando lo dieron de alta sin que lo revisara el traumatólogo, se equivocaron dos veces al aplicarle medicamento de otro paciente, debe esperar un mes para su cirugía plástica del cráneo y otros incidentes.
No es el único caso de deficiencias en la atención de salud del Instituto Mexicano del Seguro Social, a un paciente familiar de San Juana Aguilar, no han podido operarlo desde hace una semana, porque el único quirófano que funciona se ocupa y lo mantienen internado en espera.
Realidad. Así como los trabajadores y el sector patronal son puntuales con el pago de sus cuotas al Instituto Mexicano del Seguro Social, ellos quisieran tener reciprocidad en la atención a los derechohabientes.
Eugenio Williamson Iribarren, consejero en el IMSS y presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, sostuvo que como patrones conocen que cuando sus trabajadores acuden a consultas regularmente les faltan medicamentos de surtir porque no había o las citas son muy lejanas con los especialistas.
Afirmó que el IMSS está rebasado en la capacidad que tiene para los miles de afiliados y los derechohabientes (sus familias o dependientes) y las cargas de trabajo para los médicos son pesadas porque son muchas las consultas que deben ver en su horario de trabajo, aunado a que falta personal, equipamiento y medicinas.
En el mismo sentido se pronunció Mario Coria Roehll, presidente de la Coparmex, al detallar que en la industria o las empresas los trabajadores tienen que invertir muchas horas para ser atendidos en una consulta y eso representa afectación.
Testimonios. El trabajador Rogelio Rodríguez narró cómo una enfermera se equivocó en dos ocasiones cuando estuvo internado, en una le suministró un suero con medicamento que era para otro paciente, y en el otro suceso, estuvo a punto de darle unas pastillas de medicamento e igualmente eran para otro paciente.
"El suero traía nombre y datos de otro paciente y yo me di cuenta, porque me empezó a arder y yo mismo le cerré a la bolsita del suero y le hablamos a la enfermera y me dice que la disculpara que ese medicamento no era para mí y pues era un litro del suero, afortunadamente yo le cerré y consumí una parte solamente. Y, la siguiente vez, la misma enfermera me dio tres pastillas, me dijo que me tomara dos pastillas enseguida y poco después la tercera, pero a mí me extrañó dado que el doctor solo me estaba suministrando paracetamol y se lo digo, entonces, se fija bien y resulta que era el medicamento de otro paciente", expresó.
En urgencias como en la clínica 86 estuvo internado durante 15 días y, a pesar de que lo tenía que ver el traumatólogo para que él autorizara o no su alta, tampoco le tomaron la tomografía de todo el cuerpo, así lo dieron de alta, incluso, sin que le cerrara la herida, y ahora ha tenido que estar acudiendo a que le hagan todo ese tipo de estudios en partes lo que le obliga a trasladarse varias veces a la semana al hospital en camión, pues no tiene recursos para estar pagando taxis, cuando dichos estudios se los pudieron realizar al estar hospitalizado. Ahora debe esperar un mes para su cirugía del cráneo, la cual se la programaron el 27 de febrero.
"La herida no me cierra aún, no siento las piernas de las rodillas para abajo, que es donde salió la electricidad y ahorita, vengo de una terapia, pero yo veo que estoy dañado de las piernas y estoy batallando mucho con las incapacidades porque tardan para pagar el IMSS", comentó.
Señaló que la atención del Seguro Social es deficiente por todo lo que a él le sucedió y por muchos otros trabajadores que cuentan sobre sus experiencias con el IMSS de que las citas con especialistas se tardan hasta un año y para acudir a una consulta general pierden toda la mañana o la tarde, dependiendo del horario que les toque.
A su vez, San Juana Aguilar ha tenido que acudir diario a cuidar a su familiar porque está internado para operarlo de la amputación de uno de los dedos de su pie y de la mano, pues es diabético, pero lo iban a operar desde hace cinco días, pero no hay disponibilidad del quirófano, debido a que solo hay uno y se ocupa constantemente con situaciones que son más urgentes que la de la persona. Sin embargo, pese a que no está catalogado el caso como urgente, ella observa que el siguiente dedo del problema está igual que el malo y hay riesgo de que, entre más días que pasen, van a tener que quitarle más dedos, todo porque no lo intervinieron a tiempo. "Para ellos (IMSS) es fácil decir que no es urgencia y total, si es un dedo o dos no les importa, pero para la persona representa mucho, perder lo menos posible".
