El hijo de Samantha Nation, Atticus, enfrentó serias dificultades respiratorias desde su nacimiento. Nacido prematuramente a las 26 semanas de gestación, Atticus fue trasladado urgentemente a la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), donde fue intubado y conectado a un ventilador.
Cuando Nation vio a su hijo por primera vez, estaba rodeado de tubos y cables. "Fue devastador ver que Atticus no podía respirar por sí mismo", comentó Nation.
Lamentablemente, la dependencia de Atticus del ventilador parecía empeorar su condición con el tiempo. A los 5 meses, su situación era crítica y estuvo al borde de la muerte. "Su salud se deterioró, y el personal nos indicó que nos preparáramos para lo peor. No puedo describir lo doloroso que fue abrazarlo durante horas, sin saber si era la última vez que lo haría", relató Nation.
Atticus padecía displasia broncopulmonar (DBP), una afección que se produce cuando los pulmones de un bebé se dañan debido a la asistencia respiratoria y al uso prolongado de oxígeno suplementario. Esta condición afecta al 65% de los prematuros y puede causar enfermedad pulmonar crónica y problemas de desarrollo cerebral. Sin embargo, un nuevo análisis de sangre podría ayudar a predecir qué prematuros desarrollarán DBP, permitiendo un diagnóstico más temprano y mejores tratamientos.
Un estudio con 23 bebés prematuros australianos identificó cambios en 49 proteínas sanguíneas entre aquellos que desarrollaron DBP. Los resultados, publicados en el American Journal of Respiratory Cell and Molecular Biology, ofrecen una visión detallada de los cambios biológicos en los primeros días de vida, explicó la Dra. Prue Pereira-Fantini, investigadora principal del Instituto de Investigación Pediátrica Murdoch (MCRI) en Victoria, Australia.
Pereira-Fantini destacó que la capacidad actual para predecir, prevenir y tratar el DBP es limitada. Su equipo identificó proteínas en la sangre que, combinadas con otros indicadores del parto, pueden prever el DBP tan pronto como cuatro horas después del nacimiento.
El investigador David Tingay, del MCRI, agregó que predecir con precisión el DBP en los primeros días de vida podría reducir el daño pulmonar en los prematuros. "Podemos ajustar mejor la atención a estos bebés si sabemos cuán probable es que sufran daño pulmonar y otras complicaciones", comentó Tingay.
A partir de este estudio, los investigadores están desarrollando una herramienta de evaluación de lesiones pulmonares que podría usarse para predecir la salud pulmonar de todos los bebés prematuros. "Esta herramienta, que incluye un análisis de sangre, permitirá a los médicos tomar decisiones informadas desde el nacimiento, ofreciendo a estos bebés mejores oportunidades de tener una vida saludable", señaló Pereira-Fantini.
Atticus sobrevivió a su grave estado de salud y, después de 263 días en la UCIN, pudo regresar a casa. Aunque todavía tiene una traqueotomía para ayudarle a respirar y está aprendiendo lenguaje de señas para comunicarse, está progresando y alcanzando hitos importantes en su desarrollo.
Nation expresó su apoyo a la investigación que podría reducir los problemas de salud de los bebés prematuros. "Cualquier investigación que pueda ayudar a los bebés a respirar o a identificar riesgos tempranamente es increíble, y todos los padres y cuidadores de bebés prematuros deberían sentir alivio por ello", concluyó Nation.