Tos nocturna: por qué ocurren y cómo aliviar esos molestos ataques que no dejan dormir

La tos nocturna puede ser un problema muy incómodo y perturbador para el descanso, y suele tener varias causas que pueden ir desde factores ambientales hasta condiciones médicas. Aquí te explico las razones más comunes y cómo puedes aliviarla o prevenirla.

Causas de la tos nocturna

Posición al dormir: Cuando estamos acostados, la gravedad afecta el drenaje de la mucosidad, lo que puede agravar problemas como el goteo retronasal, donde las secreciones nasales caen hacia la garganta, provocando tos. Dormir de lado puede ser una solución simple para reducir este malestar.
Reflujo ácido: El ácido del estómago puede subir hacia la garganta, irritándola y desencadenando tos, especialmente después de consumir alimentos pesados, picantes o grasos antes de dormir. Evitar estas comidas puede ayudar a prevenir el problema.
Alergenos y clima frío: El polvo, los ácaros y los pelos de mascotas en el ambiente pueden irritar las vías respiratorias, provocando tos. Además, el aire frío y seco de algunas temporadas puede resecar las mucosas, empeorando los síntomas.
Condiciones médicas: La tos nocturna también puede ser un síntoma de problemas más serios, como asma, infecciones respiratorias, bronquitis, o incluso afecciones cardíacas. Si la tos persiste por semanas o viene acompañada de otros síntomas, es fundamental consultar a un médico.

Cómo aliviar la tos nocturna

Posición al dormir: Dormir en una posición semi-inclinada, utilizando almohadas adicionales, puede reducir la acumulación de mucosidad en la garganta y aliviar el reflujo ácido.
Eliminar alérgenos: Mantén tu dormitorio limpio y libre de polvo, usando fundas antiácaros y limpiando con regularidad. Evita que las mascotas entren al cuarto y asegúrate de que la habitación esté bien ventilada.
Hidratación: Beber líquidos calientes como té de miel y limón o infusiones de jengibre puede calmar la garganta irritada. Mantenerte bien hidratado también es clave para proteger las mucosas de la garganta.
Evitar alimentos irritantes: Es importante evitar cenas copiosas, picantes o grasosas al menos dos horas antes de acostarse, ya que pueden empeorar el reflujo ácido y desencadenar tos.
Inhalación de vapor: Inhalar vapor de agua caliente con unas gotas de aceites esenciales de eucalipto o menta puede ayudar a despejar las vías respiratorias y aliviar la tos.

Prevención de la tos nocturna

Para evitar que la tos nocturna se convierta en un problema recurrente, es fundamental mantener hábitos saludables:

Hidratación durante el día: Beber suficiente agua durante el día ayuda a proteger las mucosas de la garganta.
Dieta saludable: Una dieta rica en vitamina C y antioxidantes fortalece el sistema inmunológico y ayuda a prevenir infecciones respiratorias.
Higiene: Lávate las manos con frecuencia y evita compartir utensilios con personas que tengan infecciones respiratorias.
Protección contra el frío: En los días fríos, cubre bien tu garganta con bufandas o ropa adecuada.

Si después de seguir estos consejos la tos persiste, es importante consultar con un profesional de salud para descartar problemas médicos subyacentes y recibir el tratamiento adecuado.