Ilia Topuria (Halle, Alemania, 1997) es una de las grandes sensaciones del momento en el deporte español y en las artes marciales mixtas. El actual campeón mundial de UFC en el peso pluma tras vencer el pasado mes de febrero a Alexander Volkanovski ya piensa en su próximo rival, previsiblemente Max Holloway.
Aún no hay nada firmado, pero asegura en que si de él dependiera se vería con el estadounidense “ahora mismo”. Es su principal reto a corto plazo, con la celebración de un combate en el Santiago Bernabéu como objetivo a futuro. Que enfrente esté Conor McGregor parece cada vez menos probable, pues considera que “está acabado”.
La agencia EFE le ha entrevistado en la presentación de una película sobre su figura, ‘Topuria: Matador’, que se estrenará en cines el 19 de septiembre.
Pregunta: ¿Qué va a encontrar la gente en la película?
Respuesta: Van a ver a Ilia en muchísimas facetas de su vida. Como atleta, como persona, como padre, como hijo, como hermano, como esposo, como un tipo gruñón, como un tipo ‘pasteloso’ en su vida romántica… me van a ver sin filtros, eso es lo más importante.
Tras el combate de Volkanovski
P: ¿Cómo lleva todo lo que ha venido después de su combate con Volkanovski?
R: Superbien, la verdad. Lo intento gestionar igual que siempre. Los pies en la tierra y la cabeza en las estrellas.
P: ¿No se le han venido muchas cosas encima?
R: Que vengan muchas más, por favor. ¿Para quién es mucho? Para mí, no. Si tu supieras realmente lo que hay detrás de estos ojos, sabrías que esto todavía no es nada.
P: ¿Le ha sorprendido la repercusión que tuvo esa victoria?
R: No, siempre lo supe. La película existe porque yo siempre lo supe y confié en el proyecto de mi vida, sabía las capacidades de mi esfuerzo, las capacidades que tenía, que era una persona superconstante, con mucha determinación y mucha fe; que las cosas se iban a dar.
P: ¿Ser un referente y un ejemplo pesa mucho?
R: Ojalá lo sea. A mí no me gusta hablar de mí mismo y decir que soy un ejemplo y una motivación. Si alguien me lo dice, me alegraría la mañana o la tarde. Pero decirlo yo… me cuesta.
P: ¿Se lo dicen? ¿Lo siente así?
R: Mucha gente me lo dice, claro. Mentiría si dijera que no. Pero también me dicen que soy un chulo, un arrogante. Buenos mensajes siempre hay.
P: ¿La película puede ayudar a que la gente se quite esa visión de usted como chulo y arrogante?
R: Realmente tampoco me quiero mostrar de una forma de la que no soy, esto es lo que yo soy. Esto es lo que me ha traído hasta aquí. Aparte de mi van a ver a todos los miembros de mi familia ayudando a uno de los suyos a conseguir sus objetivos. Van a ver muchas cosas.
¿Película del siguiente combate?
P: ¿Tiene ya en mente la película de su siguiente combate? Se da por sentado que será contra Max Holloway con el título del peso pluma y el cinturón BMF en juego.
R: A eso apuntamos. Si da un paso hacia adelante, seguramente tengamos ese combate. Lo que más me ilusiona es ser el primero en apagarle las luces, porque nunca nadie ha sido capaz. Me gustaría ser el primero, aunque le respeto muchísimo como atleta por todo lo que ha conseguido en su carrera deportiva.
Como persona tampoco puedo decir nada malo de él, siempre he tenido buenas referencias sobre él. Un tipo familiar que lucha para darle una vida mejor a su familia y a sus seres queridos. Tiene todo el respeto, pero somos dos con las mismas características que vamos a compartir el octógono. Que Dios le dé la victoria al que más se lo merezca.
P: En su gremio no siempre se habla tan bien del que va a ser un rival, ¿no?
R: Yo no tengo nada personal con ninguno, solamente podría decir a lo mejor con uno al que lo van a ver también en la película y el porqué tengo ese enfrentamiento con él a nivel personal. Normalmente yo no tengo ningún problema personal con ninguno, es más podría decir que me da igual cómo sean como personas. Yo voy a trabajar, esa es mi profesión y es a lo que me dedico.
El contrato de combate con Holloway
P: ¿Por qué no termina de firmarse el contrato del combate con Holloway?
R: No sé si a él le están diciendo lo mismo que a mi, que soy yo quien no está aceptando la pelea. Yo estoy preparado para compartir el octógono con él cuando quiera, como si nos tenemos que ver ahora mismo. No hay problema.
P: Se habla de Las Vegas, de Salt Lake City o de Abu Dabi como posibles escenarios. De ser así se celebraría el combate en septiembre u octubre. ¿Da tiempo a llegar en un estado de forma óptimo a un combate tan importante?
R: Preparado estoy. Para lo que necesito tiempo es para los recortes de peso, para llevar a cabo un recorte de peso saludable.
P: Habla de los recortes de peso. Usted se ha ofrecido incluso a subir el suyo para pelear con Holloway. ¿Qué implica una subida de peso para un combate?
R: Supone una planificación diferente de la preparación física y técnica de un atleta. Pero nos podemos adaptar a todo, intentamos ser bastante universales.
P: Cuando uno sube a la cima de un deporte suele haber críticas. Una de las que se vierten sobre usted es que solo busca oponentes veteranos para competir. ¿Qué tiene que decir a eso?
R: Yo peleo con los que me dice la UFC que tengo que pelear, yo nunca he elegido a ninguno de mis rivales. Y tampoco me harían caso si fuera así. Yo no sé cómo la gente cree que esto funciona. Tu eres el campeón del mundo, te llaman y te dicen ‘Mira Ilia, esta es la pelea que más sentido tiene desde cualquier perspectiva que lo veas’. Y tu tienes que hacer eso, eres uno más dentro de la empresa. Peleo con los que ellos me dicen.
“McGregor está acabado”
P: ¿McGregor sería el mejor secundario en la película de un combate en el Santiago Bernabéu?
R: McGregor está acabado. Imagínate, se le dobló un dedo y se ha retirado de la pelea cuando ha tenido a millones de fans comprometidos para ir a verlo. Mucha gente ha sacado sus boletos y sus vuelos, se ha organizado para ir a verlo, y le ha dado todo igual. Yo con los diez dedos de los pies así he salido a correr, pregúntale a cualquier atleta de alto nivel si entra en perfectas condiciones dentro del campo de batalla.
Siempre hay una molestia, pero la que nadie puede superar cuando entra en el campo de batalla es la de la cabeza. Si tienes dudas sobre tu preparación y tus habilidades, si ya no confías en ti y sientes que no te mereces la victoria porque sabes que no involucras el esfuerzo necesario para obtenerla; ahí las dudas no es que aparezcan, se multiplican y te hunden. Es un claro ejemplo de ello.
P: ¿Ya no le quiere de rival en ese combate?
R: ¿Para qué? Ahora sí que me vería como un poco ‘abusón’, porque está acabado en todos los sentidos.