SUCESOS... LA OLA ROJA
El 15 de mayo de 1911, dentro del marco de la revolución mexicana, ocurrió un triste y deplorable suceso en Torreón, Coahuila, con la horripilante y vergonzosa masacre aproximadamente de 320 personas de procedencia china y asiática. Parte de las tropas revolucionarias de Madero, incitadas por comerciantes locales, torturaron y aniquilaron a vecinos chinos, con el pretexto de que eran una competencia desleal (observar la fecha). Muchos de ellos habían dejado a sus familias y pertenencias para probar suerte en otro país lejano. Es un episodio negro para la historia de México y en particular del que no se quiere acordar mucha gente de Torreón. Fue una muestra de un terrible racismo y de prácticas xenofóbicas que no se deben repetir. Los comercios, legales por cierto, fueron saqueados y quemados y sus propietarios y familias torturadas, vilipendiadas y asesinadas. En la actualidad, China tiene una población de alrededor de 1420 millones, pero debemos señalar que su tasa de nacimientos está disminuyendo desde los últimos 8 años a tal grado que hoy en día es negativa. Con ese tamaño de población, entendemos porque los chinos se han establecido y ramificado por todos lados de la tierra; buscando más oportunidades para sobresalir y en otras condiciones más favorables, política y socialmente. No se sabe, ni siquiera aproximadamente, cuantos negocios chinos hay en México, pero es un hecho que han proliferado en las diferentes entidades de la República. Se estima que en el 2023 México exportó a China cerca de los 13 000 millones de dólares, que equivale solo al 2% del total de exportaciones, que consistía, mayormente en piezas automotrices, minerales, metales preciosos y cobre. En cambio, las importaciones fueron por 105 000 millones de dólares, en el mismo año (2023). Hay que recordar que es el segundo socio comercial de México siguiendo a Estados Unidos, que ocupa el primer lugar (con casi el 80%). Representa el 21% del total de las importaciones. Como parte de los productos que llegan de China a México hay una gran cantidad de partes automotrices, aparatos electrodomésticos, eléctricos, electrónicos, ropa, calzado, tenis, papelería, baterías y accesorios para el hogar, entre otros. Se estima que hay alrededor de 23 marcas diferentes de vehículos chinos en México, como MG, JAC, ByD, Chirey, Omode, Jaecco, Great Wall, BAC, DFSK, SERES, SEV, Changan (aclarando que algunos de estos aún no han llegado a Monclova). Pero lo que si ha llegado a Monclova son los productos chinos que podemos encontrar en diversas tiendas. ¿Cómo es que han proliferado esas tiendas? Hay varias razones por las que han tenido gran éxito y acaparan la atención; por ejemplo, precios muy económicos; poco personal; importaciones masivas que les permiten competir en costos; tipos de productos dirigidos al hogar; fletes al mayoreo, además de tener un muy acertado plan de negocios para penetrar en los mercados. Claro está que es cuestionable la calidad de los productos y la falta de garantías y nulo soporte al consumidor. No cabe duda que – en lo general- están dirigidos a cierto nivel de la población. Casualmente, ahora resulta que ante las continuas amenazas del Presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, de imponer fuertes aranceles a los productos provenientes de México para ese país, las autoridades mexicanas han desatado una cacería de brujas a los productos chinos y han anunciado una revisión detallada de todas las importaciones que llegan de ese país. Así, ya hubo el primer decomiso fuerte de mercancías que se encontraban en bodegas cercanas del centro histórico de la Ciudad de México, empezando en el edificio de Izazaga No. 89 y 22, donde había productos chinos que no pudieron demostrar el internamiento legal a nuestro país, estimando el decomiso por más de 12 millones de pesos. Naturalmente ya se prendieron las alertas amarillas para tiendas como Peña y Peña, Grupo Estrella, China Town, Mexi China, MINISO, Ideal, etc. Seguramente habrá más decomisos y empezará a estancarse la expansión de la competencia china. Ante la amenaza del Sr. Trump, el primer ministro de Canadá Justin Trudeau de inmediato fue a visitarlo y a socializar el intercambio comercial que tiene con Estados Unidos; en cambio, México le respondió minimizando la amenaza y, por el contrario, su posición que que al imponer un arancel, México lo haría con otro. No se trata de satanizar todo lo proveniente de China; no es el caso. El mercado de productos chinos está dirigido a una cierta población. Nadie tiene la culpa de que los Chinos han sabido penetrar en nuestro mercado, así como que nuestros productores y comerciantes no son competitivos. Estamos seguros que las tiendas y negocios de esa procedencia están establecidos legalmente y pagan sus impuestos, al igual que todos. Debemos reconocer que su estrategia ha sido exitosa (digna para estudios de casos en los cursos de mercadotecnia) y que tratan de aprovechar oportunidades globales. No sabemos exactamente lo que hará el Señor Trump, pero sería una torpeza ignorar sus advertencias. Nuestra Presidenta ha dicho también que ya tienen preparada una estrategia para el caso de que así sea; esperemos que sea cierto. En cualquier caso e independientemente de lo que suceda, seamos razonables y conscientes respetando el mercado libre. Nadie nos obliga a comprar los productos chinos pero tampoco no hay que ser omisos en que esa gente tiene los mismos derechos humanos que todos. No caigamos, por favor, en prácticas xenofóbicas. No hagamos ninguna cacería de brujas.
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