Debido al aumento de los trastornos de salud mental, donde el cambio climático se percibe como un contribuyente importante, sobre todo entre la población joven, los expertos alertan a los médicos de atención primaria a estar atentos a los indicadores que permitan la detección y tratamiento oportuno.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los trastornos de salud mental son una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en la región de las Américas, ya que aumentan el riesgo de otras enfermedades y contribuyen a lesiones no intencionales e intencionales.
En conjunto, los trastornos mentales, los neurológicos, los debidos al consumo de sustancias y el intento de suicidio representan más de un tercio (34%) de la discapacidad total en la región y una quinta parte del total de los años perdidos por discapacidad. Tan solo la depresión y la ansiedad cuestan a la economía mundial 1 billón de dólares al año y las previsiones para el 2030 apuntan a pérdidas por 6 billones de dólares anuales, lo que representa más de la mitad de la carga económica mundial atribuible a las enfermedades no transmisibles.
"En México, ya desde el 2003 con la encuesta llevada a cabo por la Dra. Medina-Mora, se visualizaba la salud mental como un problema que afectaba prácticamente a 30% de la población", señaló el psiquiatra Alejandro Molina, presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM). A pesar de que este aumento es multifactorial, el cambio climático se vislumbra como uno de los factores que está afectando la salud mental de la población, y aunque esta problemática ha recibido atención en los últimos años, en los países de la región no se han logrado avances significativos, ya que no ha sido considerada prioridad y el financiamiento asignado no ha sido el adecuado.
"El cambio climático se visualiza como un estresor más que no existía cuando se hicieron las primeras encuestas, antes de la pandemia, y es mucho más complejo que nada más el cambio de la temperatura. Situaciones como las sequías, huracanes, entre otras, son fenómenos considerados muy perturbadores, [que afectan] principalmente a los jóvenes, porque son los que lo están viviendo desde sus etapas tempranas del desarrollo y lo van a estar sufriendo durante mucho tiempo", explicó el Dr. Molina.
Los eventos climáticos extremos son cada vez más comunes, las olas de calor, inundaciones, tornados, huracanes, sequías, incendios, la pérdida de bosques, la desaparición de ríos y la desertificación pueden provocar de forma directa e indirecta patologías humanas tanto físicas como mentales.
De acuerdo con el Observatorio Europeo del Clima y la Salud, este fenómeno afecta la salud mental en varias formas, tanto a niveles individuales como poblacionales. Se ha reportado que los eventos climáticos extremos generan en los individuos trastorno de estrés postraumático, trastorno de ansiedad, depresión y sentimientos de pena y pérdida. Las altas temperaturas y olas de calor generan trastornos del estado de ánimo, ansiedad, comportamientos agresivos, incrementan el riesgo de suicidio y la mortalidad entre pacientes que reciben atención a la salud mental. A largo plazo, el cambio climático genera solastalgia (angustia, estrés mental o existencial causado por el deterioro medioambiental), angustia y ecoansiedad (temor crónico de un cataclismo ambiental).
