El ex vicario y párroco de la SF se ganó el corazón de los monclovenses en 7 años y hoy se despide.
Con humildad y empatía fue que el sacerdote Jorge Salvador Guzmán se ganó el corazón de los monclovenses y luego de permanecer 7 años en su natal ciudad, el padre ha sido llamado a una nueva encomienda, pues es retirado de la parroquia Sagrada Familia para ser enviado a la parroquia San Pablo Apóstol en la capital del estado.
De manera oficial, la Diócesis de Saltillo lanzó el comunicado en donde se establece que a partir de este mes el sacerdote será un párroco de Saltillo, por lo que en los próximos días el obispo Hilario González comunicará la fecha exacta de su traslado.
Experiencia. A los 15 años Jorge Salvador Guzmán ingresó al seminario y al concluir sus estudios luego de haber pasado un amplio periodo en Roma fue ordenado en la parroquia Santiago Apóstol, aunque el sacerdote señaló que nació en Jalisco, a la edad de 5 años llegó al lado de su familia a Monclova en donde han organizado toda su vida y por lo cual se siente un verdadero monclovense. Al poco tiempo de ser ordenado el sacerdote estuvo en algunas encomiendas de la Diócesis, pero fue nombrado por primera vez como párroco en la Sagrada Familia ubicada en Asturias en el año 2016 “es una parroquia que la llevo en el corazón porque fue la primera vez que se me dio esta responsabilidad de ser párroco, ha sido una parroquia muy generosa, paterna, cercana con la gente, me ha ayudado a vivir este proyecto de Jesús y como sacerdote fue la primera vez que llegue y aquí en Monclova entonces yo quiero mucho está ciudad que me ha visto crecer desde que me fui al seminario” expresó el sacerdote, quien al día de hoy tiene la edad de 48 años y 21 de ellos ha sido sacerdote.
Testimonio. “Voy a extrañar a Monclova, quiero mucho a la comunidad, tengo esta experiencia de gratitud por lo que he vivido en este tiempo” expresó el sacerdote, quien agregó que con cariño y muy contento es como se va de la ciudad, en donde la comunidad profesa la fe con una entrega muy especial, generosidad y calidez. Asimismo, dio las gracias a la cercanía y muestras de afecto que los creyentes de la Sagrada Familia le demostraron, así como también todas las parroquias y capillas. En su paso por Monclova, además de ser párroco, fue nombrado como Vicario y, en su último puesto, como representante del canal de comunicaciones en la región centro por parte de la Diócesis.
Despedida. El sacerdote permanecerá un par de días más en la ciudad, pero oficialmente ayer dejó de ser párroco de la Sagrada Familia y esperará la indicación del obispo en cuanto a su último día, “es otro reto que ahora Dios me pide a través del obispo, espero en Dios sus oraciones, a Monclova la llevo en el corazón y la tendré presente, yo sé que si Dios quiere algún día me llamará otra vez para servir aquí”.
