La Entrevista con Rocío Alejandra Rebolloso

"Mi labor es enseñar con amor y paciencia". 

S u mayor inspiración fue su madre de quien admiró durante toda su infancia como se desempeñaba siendo una maestra ejemplar, además su juego favorito siempre fue jugar a la maestra y su escuelita es por ello que Rocío Alejandra decidió desempeñarse en lo que descubrió es su vocación, educación.

Hoy en día es una docente reconocida por sus méritos y disciplinas ejemplares con las que siempre pone en alto la labor de un maestro. 

Su madre fue su fuente de inspiración ¿Por qué?

“Crecí viendo como ella daba clases y yo la imitaba, siempre quería ser como ella una mujer que trabajaba y le encantaba lo que hacía, y tal y como era ella es que yo quería vivir y hasta ahora soy muy feliz, me siento en el momento más pleno de mi vida disfrutando de dar clases y al mismo tiempo estar con mi familia”. 

De acuerdo a tu opinión personal, ¿Qué es lo que necesita un maestro para desempeñarse de manera ejemplar?

“Mucha vocación, amor por el trabajo, amor por los niños, principalmente preocuparnos por ellos por sus procesos de aprendizaje y no apresurarnos porque muchas veces te piden cumplir con cosas y tratas de dar tu máximo esfuerzo, pero no por eso vas a apresurar a tus niños, tienes que ser muy respetuoso con ellos, respetuoso con su imagen, su bienestar mantenerlos emocionalmente sanos y que siempre sepan que su maestra los quiere mucho porque no imaginamos las situaciones que ellos viven en sus hogares y yo creo que para muchos nosotros somos su lugar seguro y siempre esperan de nosotros el abrazo que tal vez no tienen en casa”. 

Todo trabajo implica complicaciones y retos ¿Ser maestro es un reto?

“Demasiado, porque muchas veces no estamos capacitados para los retos que nos llegan al aula, para enfrentar situaciones donde no tenemos el inmobiliario correcto o la infraestructura y, pues, muchas veces tenemos que poner de nuestra bolsa para dar lo mejor para los niños. Sin embargo, así como es un trabajo lleno de retos, también tiene muchas satisfacciones”. 

Menciona que es un trabajo satisfactorio ¿Qué es lo que más disfruta al estar frente a un aula?

“Para mí es un orgullo decir que mis alumnos son lo máximo y que todo lo que hacemos es por ellos. Me encanta jugar con ellos, involucrarme en las actividades, me gusta mucho tirarme al piso cuando es necesario o los abrazos que me dan son de lo más satisfactorio, sobre todo también cuando los padres de familia me externan que están muy orgullosos de como trato a sus hijos por la confianza que me brindan es algo único y pues yo creo que para mí trabajar no es un trabajo, es un momento donde yo disfruto mucho las horas que estoy con mis niños en clase”. 

En base a sus experiencias en el aula, ¿Cómo canaliza los resultados que en ocasiones no son positivos en los alumnos?

“Nunca nada es fácil, todo lleva su tiempo y aunque a veces hay cosas difíciles todas las experiencias son de aprendizaje hasta las malas son positivas porque aprendemos mucho de ellos, he aprendido con generaciones que son tan diferentes, pero me han aportado algo tan bonito que sería imposible comparar una con otra. 

Al final del día, lo importante es saber llegar a los niños y darles en su punto de aprendizaje”. 

Con su arduo trabajo a diario ¿Cuál es el mensaje que quiere dejar en sus estudiantes?

“Que sean muy felices disfrutando cada etapa de su vida porque muchas veces los padres de familias o nosotros los maestros nos preocupamos más por los aprendizajes que por las experiencias que ellos agarran entonces, para mí es muy importante que los niños recuerden su etapa preescolar como algo muy bonito y divertido, así como yo lo recuerdo de la etapa que viví en preescolar”.

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