La exposición a una mezcla de metales con seis componentes (especialmente altos niveles de cobre y bajos de zinc) puede aumentar 4,5 veces el riesgo de cáncer de mama, según se ha observado en un estudio de casos y controles del componente español de la Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición (EPIC) publicado en la revista Science of the Total Environment.
Se trata de uno de los primeros estudios mundiales en los que se evalúa el efecto conjunto de las mezclas de metales y el riesgo de padecer cáncer de mama.
En este estudio se evaluó la relación entre la exposición a 16 metales (o metaloides) en 578 mujeres con (n = 292) frente a sin (n = 286) nuevos casos de cáncer de mama de cuatro centros españoles que participaron en el estudio EPIC.
La exposición a metales se evaluó mediante análisis del plasma sanguíneo en el momento de la inclusión en el estudio (entre 1992 y 1996). Se identificaron nuevos casos de cáncer de mama durante los 25 años de seguimiento.
Los efectos de la exposición a los metales se determinaron mediante análisis de un solo metal y análisis de mezclas.
Los casos de cáncer de mama (frente a los controles sin cáncer de mama) tenían niveles de cobre significativamente más altos (p = 0,010) y niveles de zinc más bajos (p < 0,001).
El análisis de un solo metal identificó una asociación positiva para el cobre y el manganeso y negativa para el zinc y el tungsteno.
En un análisis de mezclas se reveló que los casos (frente a los controles) tenían niveles elevados de cobre, manganeso, antimonio y vanadio y niveles bajos de zinc y tungsteno. El efecto conjunto de esta mezcla mostró un aumento estimado de 4,5 veces en el riesgo de cáncer de mama.
