Es una afección de salud poco conocida que puede convertirse en una pesadilla: episodios regulares y repentinos de náuseas y vómitos intensos.
Una nueva guía clínica insta a las personas a estar atentas y buscar ayuda si creen que tienen esta afección, conocida como síndrome de vómitos cíclicos (CVS, por sus siglas en inglés).
Aproximadamente el 2% de las personas padecen CVS, pero puede tomar años recibir un diagnóstico, según la nueva guía de la Asociación Americana de Gastroenterología (American Gastroenterological Association).
"Un diagnóstico es una herramienta poderosa. No solo ayuda a los pacientes a comprender sus síntomas debilitantes, sino que permite a los profesionales de la salud elaborar un plan de tratamiento efectivo", señaló el Dr. David Levinthal, autor de la guía y director del centro de neurogastroenterología y motilidad del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.
Los episodios de CVS implican náuseas, vómitos y arcadas que pueden durar días, seguidos de largos periodos sin un ataque intenso, explicaron los expertos.
Las personas con síndrome de vómitos cíclicos leve pueden experimentar menos de cuatro episodios al año, que duran menos de dos días. Aquellos con CVS más grave pueden sufrir muchos episodios prolongados en un año, algunos de los cuales requerirán hospitalización o una visita a la sala de emergencias, señalaron los investigadores.
Actualmente, alrededor de la mitad de los pacientes con CVS necesitan una visita a la sala de emergencias al menos una vez al año, y un tercio queda discapacitado por la afección. Entre episodios, los pacientes no tienen vómitos repetitivos, pero podrían experimentar síntomas como náuseas e indigestión, añadieron los investigadores.
El CVS puede afectar a cualquiera, pero es más común en mujeres y adultos jóvenes. También es más frecuente en personas con antecedentes personales o familiares de migrañas.
Para obtener un diagnóstico, las personas deben recopilar un historial detallado de sus episodios de vómitos anteriores, recomendaron los médicos. Los pacientes a menudo son diagnosticados erróneamente con gripe estomacal o intoxicación alimentaria. Mostrar que estos síntomas forman parte de un patrón puede ayudar a los pacientes a defenderse si sospechan que tienen CVS, dijeron los investigadores.
"Nuestro objetivo con esta actualización de la práctica clínica es aumentar la concienciación sobre el síndrome de vómitos cíclicos para reducir el retraso en el diagnóstico y aumentar el acceso de los pacientes al tratamiento", planteó Levinthal en un comunicado de prensa de la asociación. "Esperamos llegar a los proveedores de atención primaria, urgencias y atención de urgencia, que están en primera línea interactuando con los pacientes de CVS que buscan atención, especialmente durante un ataque".
El sueño, la gestión del estrés y los medicamentos pueden ayudar a las personas con síndrome de vómitos cíclicos, anotaron las directrices.
Los expertos no están seguros de cuál es la causa del síndrome de vómitos cíclicos, según los Institutos Nacionales de Salud. Podría ser un problema relacionado con las señales nerviosas entre el cerebro y el tracto digestivo, o con la forma en que el cerebro y el sistema hormonal del cuerpo reaccionan al estrés. Los genes también podrían desempeñar un papel en el riesgo.