A pesar de los triunfos aplastantes, la atención se desvía hacia conflictos internos
Las entrañas del equipo Red Bull de F1 arden. Las intrigas y lucha de poderes ensombrecen los resultados en la pista, donde el RB20 es el mejor auto y donde Max Verstappen y Sergio Pérez no tienen rivales, pero ¿dónde está Checo en toda esta lucha intestina, qué hace y qué debería hacer?
Se habla muy poco de los triunfos irrefutables y aplastantes de Red Bull en los Grandes Premios de Bahrein y Arabia Saudita, con sendos 1-2 de Max y Checo.
En ese universo donde una empleada del equipo puso una acusación ante la empresa Red Bull por conducta inapropiada del Team Principal, Christian Horner, a lo que siguieron declaraciones condenatorias de Jos Verstappen, padre de Max, e incluso sospechas de que el consejero especial Helmut Marko había filtrado a un medio neerlandés el conflicto, además de muchas más consecuencias y golpes bajos, el piloto mexicano Checo Pérez ha hecho lo mejor que puede hacer: Nada… más bien sí algo. Ha hecho su trabajo y nada más.
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