'Pulgas': Un gran negocio y el trabajo de muchos nigropetenses
Héctor Guerrero / El Tiempo de Piedras NegrasLos mercados de segunda mano se han convertido en un sustento para las familias pobres, pero también son un lugar para personas prácticas que buscan artículos valiosos a precios económicos.
Los mercados de pulgas, o "flea markets", se han convertido en algo más que un lugar de compras en México. Son lugares donde la gente humilde ha encontrado un modo de supervivencia en el que no solo ganan dinero, sino que también se divierten y conocen a mucha gente.
Estos mercados no solo son para la gente pobre que vende y compra, sino también para personas racionales que saben que solo allí pueden adquirir algo valioso pero económico, incluso objetos completamente únicos como reliquias históricas con un valor añadido.
Necesidades. En la frontera se les llama "pulgas", y en Piedras Negras operan seis, con muchos puestos en cada uno, atendiendo a las necesidades de quienes requieren dinero o desean vender ropa o juguetes que ya no necesitan. En cuanto a los recursos, en promedio cada vendedor de pulgas se lleva de 400 a 1,500 pesos diarios, mientras que otros pueden sacar hasta 3,000 pesos gracias a la venta de muebles como sofás, sillones, comedores o salas. Doña María, quien lleva 10 años como "pulguera", planea seguir hasta que ya no pueda más.
Ella destaca que es una forma de convivir y subsistir, permitiéndole juntar mil pesos o más en un fin de semana, lo cual es suficiente para toda la semana.
Variedad. Por su parte, Carlos menciona que un buen fin de semana puede llevar a casa más de mil o dos mil pesos, dependiendo de lo que venda. Destaca que la variedad de artículos en su puesto, desde nuevos hasta usados, contribuye a sus ingresos.
En cuanto a los revendedores, personas como Enrique Gámez, apodado "la Piedra", acuden regularmente a comprar para luego revender en sus casas. Afirman que el éxito radica en la búsqueda de artículos valiosos a buen precio, lo que les permite duplicar o triplicar su inversión.
Otro revendedor, Alfredo Palomares, menciona que, aunque hace dinero, también disfruta del ambiente y la compañía en el mercado. Las emprendedoras también aprovechan estos espacios. Dos jovencitas, Ana y Laura, venden chocoflanes y pasteles deliciosos a 50 pesos cada uno.
Emprendimientos. Aunque no son vendedoras habituales en el mercado, encuentran en él un lugar ideal para promocionar sus productos. Invitan a más jóvenes a aprovechar estos espacios para dar a conocer lo que elaboran, y reciben el apoyo y la sonrisa de la gente como un gesto de reconocimiento a su emprendimiento positivo. Como en toda comunidad, en estos mercados de pulgas se desarrolla una fuerte amistad entre los vendedores, quienes se cuidan mutuamente.
Apoyo. Si algún extraño empieza a hacer preguntas incómodas, se comunican entre ellos y se preparan para responder de manera adecuada. Además, dado que utilizan instalaciones municipales, cooperan con una cuota simbólica para la limpieza, agradeciendo el apoyo de las autoridades locales.
En resumen, los mercados de pulgas no solo son lugares de comercio, sino también espacios donde la comunidad se une para sobrevivir, prosperar y disfrutar de la compañía unos de otros.
Son espacios donde la comunidad encuentra oportunidades económicas, convivencia social y la posibilidad de prosperar mediante el intercambio de bienes y la promoción del emprendimiento.
La diversidad de personas y actividades dentro de estos mercados crea un ambiente vibrante y enérgico que refleja la vitalidad y la creatividad del pueblo mexicano y el animó de salir adelante en la vida haciendo de todo lo que sea para contener sus necesidades.
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