El estudio sobre la infección por Clostridioides difficile (CDI) en hospitales mexicanos revela hallazgos clave sobre su incidencia, factores de riesgo y mortalidad. A continuación, se presenta un resumen detallado de los resultados y las implicaciones clínicas:
Diseño: Estudio observacional multicéntrico realizado entre enero de 2016 y diciembre de 2022, que incluyó 2.356 casos de CDI en 16 hospitales mexicanos (11 públicos y 5 privados) distribuidos en 8 estados.
Diagnóstico: Se utilizó una variedad de métodos diagnósticos, siendo el más común la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) (34,8%), seguido de algoritmos secuenciales de glutamato deshidrogenasa (GDH) (33,1%).
Incidencia: La incidencia general de CDI fue de 4,78 casos por 10.000 días-paciente, con una notable variabilidad entre los hospitales, que oscilaron entre 0,92 y 14,51 casos por 10.000 días-paciente. Las instituciones públicas presentaron una menor incidencia en comparación con las privadas (2,27 vs 5,13 casos por 1.000 días-paciente).
Cepas Epidémicas: La cepa BI/NAP1/027 se identificó en el 41,9% de los casos, y estuvo asociada con un aumento de la mortalidad (OR: 1,59; IC 95%: 1,13 a 2,22; p = 0,001).
Gravedad de la Enfermedad:
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- 49,7% de los pacientes tuvieron una enfermedad no grave.
- 35,1% presentaron infecciones graves.
- 14,7% sufrieron de enfermedad fulminante.
Coinfección por SARS-CoV-2: Durante la pandemia, el 14% de los pacientes tuvieron coinfección por SARS-CoV-2, lo que aumentó significativamente el riesgo de complicaciones.
Tratamiento: El uso de vancomicina oral fue el tratamiento más frecuente (50%), seguido por una combinación de vancomicina y metronidazol (37%).
Mortalidad: La mortalidad a 30 días fue del 16%, y se asoció con factores de riesgo significativos como el choque séptico o sepsis abdominal (OR: 5,87; p < 0,001) y la coinfección por SARS-CoV-2 (OR: 2,32; p < 0,001).
Puntuación alta en la escala de Charlson (utilizada para medir comorbilidades).
Uso previo de esteroides.
Coinfección por SARS-CoV-2, que se identificó como un factor clave en el aumento de la mortalidad.
El estudio subraya la necesidad de una vigilancia epidemiológica rutinaria y la implementación de protocolos estandarizados de clasificación para la CDI en las instituciones mexicanas. Además, destaca que, aunque las tasas de infección en México son comparables a las de algunos países europeos, existe una importante disparidad entre los hospitales públicos y privados, lo que resalta la necesidad de intervenciones específicas en el sector público para mejorar los resultados.
En resumen, el estudio refuerza la importancia de un enfoque preventivo y de tratamiento adecuado para la infección por Clostridioides difficile, haciendo hincapié en la reducción de la mortalidad y la optimización de los recursos médicos para gestionar esta infección en los hospitales, especialmente en el contexto de la pandemia.