¿Te gustan los abrazos o eres de los que prefiere evitar el contacto físico? Pues si perteneces al grupo que no le gusta demostrar afecto de esta forma, debes saber que un estudio científico ha comprobado que los abrazos y las caricias mejoran la salud.
El estudio fue realizado por un científico de la Universidad de Ruhr, en Alemania, y ha encontrado que el contacto físico tiene un impacto positivo en la salud física y mental tanto en adultos como en niños.
El estudio, que analizó 212 investigaciones con un total de 12.966 participantes, encontró que el tacto puede reducir el dolor, la depresión y la ansiedad. Además, se observó que el contacto con personas conocidas era más efectivo que el contacto con un robot o un objeto.
Los recién nacidos, en particular, se benefician del contacto físico con sus padres. El estudio encontró que el tacto regulaba sus niveles de cortisol, una hormona del estrés, y aumentaba su peso.
En los adultos, el tacto se mostró eficaz para reducir el dolor, la depresión y la ansiedad. No se encontraron diferencias en los beneficios del tacto entre masajes o abrazos.
Un toque en la cabeza puede ser especialmente beneficioso
El estudio también encontró que el contacto con la cabeza, como un masaje facial o del cuero cabelludo, puede ser especialmente beneficioso para la salud mental.
La frecuencia del contacto también parece tener importancia. Las intervenciones táctiles más frecuentes tuvieron efectos más beneficiosos.
Los autores del estudio sugieren que se necesitan más investigaciones para confirmar estos resultados y explorar la eficacia de diferentes tipos de contacto físico en diferentes culturas.
A la luz de estos hallazgos, se recomienda a las personas que busquen formas de incorporar más contacto físico en sus vidas. Esto puede incluir abrazos, caricias, masajes o simplemente tocar a las personas con las que interactúan.
