Aunque los tumores cerebrales en niños pequeños son poco comunes, la investigación reciente indica que aquellos que sobreviven a ellos pueden enfrentar retrasos académicos significativos que persisten durante años.
Para las familias que pueden permitírselo, intervenir durante los años preescolares podría mejorar el desempeño académico a largo plazo, según los investigadores.
"Ahora sabemos que no es necesario esperar a que los pacientes enfrenten dificultades en matemáticas y lectura; podemos actuar antes", señaló Heather Conklin, autora principal del estudio.
Conklin, jefa de neuropsicología en el Hospital de Investigación Pediátrica St. Jude en Memphis, Tennessee, explicó que la variabilidad en las habilidades académicas tempranas puede predecir el rendimiento académico futuro. "Esto sugiere que las intervenciones tempranas pueden ser muy efectivas y marcar una diferencia real", añadió.
La investigación se enfocó en un grupo menos explorado: niños que fueron tratados por tumores cerebrales antes de los 3 años. Conklin y su equipo monitorizaron el progreso académico de 70 de estos niños cada seis meses durante cinco años.
El estudio reveló una creciente brecha entre estos niños y sus pares con desarrollo típico, debido a un desarrollo más lento en habilidades básicas como el aprendizaje de letras, números y colores. "El retraso en el desarrollo académico fue persistente", explicó Conklin. "La preparación académica temprana predijo los resultados a largo plazo en lectura y matemáticas, y este efecto no es temporal; estos niños no se ponen al día de forma natural."
No obstante, los niños de familias más acomodadas tendieron a cerrar esta brecha con el tiempo. "El único factor clínico o demográfico que encontramos asociado con la preparación académica fue el estatus socioeconómico", indicó Conklin. "Pertenecer a una familia con mayor nivel socioeconómico tuvo un efecto protector."
Esto probablemente se debe a que los padres con recursos económicos pueden invertir más en intervenciones educativas para ayudar a sus hijos a ponerse al día. Los investigadores subrayaron la importancia de encontrar maneras de proporcionar estos recursos a todas las familias de sobrevivientes infantiles de cáncer cerebral, ya que el tratamiento puede afectar el desarrollo natural de los niños.
"Estar lejos del entorno familiar y de los recursos de desarrollo durante estos años críticos puede tener un impacto negativo en los pacientes jóvenes", comentó Conklin. "Nuestros resultados sugieren que hacer el juego significativo y realizar pequeños cambios en la interacción con el hijo, con el apoyo adecuado, puede marcar una diferencia en los resultados cognitivos y académicos."
El estudio, financiado por St. Jude y el Instituto Nacional del Cáncer, se publicó recientemente en el Journal of the National Cancer Institute.