Las revistas médicas aún publican estudios financiados por las tabaqueras
AGENCIAS / EL TIEMPOUna investigación realizada por la plataforma The Investigative Desk (Países Bajos) y la revista 'The BMJ' concluye que los estudios financiados por la industria tabaquera siguen apareciendo en las revistas médicas más citadas.
La investigación ha visto en la base de datos PubMed cientos de relaciones entre las filiales médicas y farmacéuticas de las grandes empresas tabaqueras –Philip Morris International, Altria, British American Tobacco, Imperial Brands y Japan Tobacco International– y la investigación médica publicada.
Además, revela que de 40 revistas –las 10 más citadas de medicina general y otras 30 de áreas afectadas por el tabaquismo–, solo 8 tenían políticas que prohibían los estudios financiados total o parcialmente por la industria tabaquera.
A pesar de que la industria tabacalera invierte miles de millones en estudios médicos y tiene una dilatada historia de subvertir la ciencia, la mayoría de las principales revistas médicas no tienen políticas que prohíban la investigación financiada total o parcialmente por la industria.
E incluso cuando los editores, autores y universidades están dispuestos a restringir los vínculos con la industria tabacalera, les cuesta identificar fuentes de financiación porque las empresas tabacaleras han financiado a través de grupos pantalla.
El informe muestra además que incluso entre las revistas que tienen una política restrictiva con los estudios financiados por las tabaqueras, su aplicación puede resultar difícil cuando se trata de filiales u organizaciones asociadas con las empresas tabacaleras.
Solo el año pasado, 'BMJ Open' se retractó de un artículo después de que quedó claro que el financiador que cotiza en bolsa recibe el patrocinio de la Fundación para un Mundo Libre de Humo, un grupo apoyado y financiado en su totalidad por la compañía tabacalera Philip Morris International.
Nicholas Hopkinson, profesor de medicina respiratoria en el Imperial College de Londres, señala que dada la «larga historia de deshonestidad» de la industria, es «muy sencillo» que los investigadores corten los vínculos con las empresas después de que sean adquiridas por las grandes tabacaleras, ya que de lo contrario lo harían. «trabajar con la industria tabacalera» y contribuir a sus ganancias.
En declaraciones a Science Media Centre, Josep Maria Suelves, jefe del Servicio de Prevención y Control del Tabaquismo y de las Lesiones en la Agencia de Salud Pública de Cataluña y vocal de la Junta Directiva del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, señala «desde el comienzo del siglo XX, las empresas dedicadas a la elaboración y distribución de productos del tabaco han estado desarrollando todo tipo de actividades para promover su consumo, ocultando activamente las pruebas científicas que iban acumulándose sobre los daños que tanto el tabaquismo activo como la exposición involuntaria al humo de tabaco causan a la salud individual y colectiva».
Para seguir asegurando un beneficio económico que obtienen a costa del padecimiento de millones de seres humanos –se estima que el tabaco causa anualmente 8 millones de muertes prematuras en todo el planeta–, añade que «las multinacionales tabaqueras no dudaron en ocultar los datos que demostraban tanto la capacidad adictiva de la nicotina como la relación entre el uso de cigarrillos y numerosas enfermedades. Mientras continuaban oponiéndose a cualquier medida política de prevención y control del tabaquismo, las empresas tabaqueras no han tenido reparos a la hora de lanzar al mercado nuevos productos que prometían proteger de los daños que ellas mismas causaban, desde el filtro de los cigarrillos a los más recientes productos de tabaco calentado y los cigarrillos electrónicos, pasando por los productos light. Tampoco han dudado en reclutar investigadores y hacerse con el control de empresas del sector de la salud para blanquear sus actividades y difundir informaciones sesgadas».
A pesar de que el Convenio Marco para el Control del Tabaco, promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), insta a los estados a proteger las políticas de salud de la interferencia de la industria del tabaco, siguen necesitándose acciones que aseguren que los intereses económicos de las tabacaleras no perjudiquen los avances en el ámbito científico y de la salud pública. Precisamente el lema escogido por la OMS para la celebración del Día Mundial sin Tabaco en 2024 vuelve a referirse a la necesidad de proteger la infancia frente a cualquier interferencia de la industria.
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