Un estudio reciente ha revelado que alimentar a los bebés con bebidas de cereales lácteos durante su primer año podría estar asociado con un aumento rápido de peso temprano, lo que puede aumentar el riesgo de obesidad infantil.
Los resultados, publicados en la revista Acta Paediatrica, muestran que los bebés alimentados con estas bebidas tenían un 50% más de probabilidades de experimentar un aumento de peso rápido durante su primer año.
Aunque las bebidas de cereales lácteos no se asociaron directamente con un índice de masa corporal (IMC) más alto o una mayor relación cintura-estatura a los 6 años, el aumento rápido de peso en los primeros meses de vida se vinculó con un mayor riesgo de obesidad infantil a largo plazo, duplicando el riesgo de tener un IMC alto a esa edad.
El estudio también indicó que, aunque las bebidas de cereales lácteos podrían influir en el aumento de peso temprano, la lactancia materna se mostró como un factor protector contra este aumento de peso, al menos durante los primeros cuatro meses de vida. La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) ya había advertido contra la práctica de agregar cereal al biberón, ya que puede aumentar el riesgo de atragantamiento, infecciones respiratorias y alergias alimentarias, además de proporcionar a los bebés más calorías de las que realmente necesitan.
Este estudio siguió la salud de más de 1,300 niños en Suecia y mostró que el 62% de los niños entre los 6 meses y 1 año fueron alimentados con bebidas de cereales lácteos. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender mejor los riesgos a largo plazo de esta práctica y cómo podría influir en las trayectorias de peso a lo largo de la infancia.