La juventud no parece ayudar en la enfermedad de las arterias de las piernas
Los adultos de 50 años con enfermedad arterial periférica (EAP) parecen más propensos a requerir una amputación de pierna
REDACCIÓN / EL TIEMPOLas personas de mediana edad no necesariamente tienen mejores resultados que las personas mayores después de una cirugía urgente para desobstruir las arterias y restaurar el flujo sanguíneo a las piernas, según un estudio reciente.
Los adultos de 50 años con enfermedad arterial periférica (EAP) son más propensos a necesitar una amputación de pierna en los años posteriores a una cirugía de emergencia para desbloquear sus arterias, en comparación con los de 80 años. Sin embargo, las personas mayores con EAP tienen un riesgo más alto de muerte que los pacientes más jóvenes, independientemente de si se someten a la cirugía o no, indican los resultados.
"Nuestro hallazgo principal contradice la creencia tradicional de que las personas mayores tienen un mayor riesgo de amputación mayor. Nuestro estudio, curiosamente, muestra lo contrario", señaló el investigador principal, Qiuju Li, investigador en estadística médica de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
La enfermedad arterial periférica ocurre cuando las arterias que se alejan del corazón se estrechan debido a los depósitos de colesterol, explicaron los investigadores. Esto afecta principalmente a las piernas.
Las personas con EAP experimentan calambres musculares dolorosos en las caderas, los muslos, las pantorrillas o los pies al caminar, y el dolor no desaparece con el descanso.
Alrededor de 10 a 12 millones de estadounidenses a partir de los 40 años tienen EAP, según la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) y el Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology). Los factores de riesgo incluyen diabetes, colesterol elevado, presión arterial alta y tabaquismo.
En el estudio, publicado en la revista Circulation, los investigadores analizaron datos de casi 95,000 adultos británicos mayores de 50 años que se sometieron a una cirugía para restaurar el flujo sanguíneo a sus piernas entre 2013 y 2020.
Alrededor de dos tercios de las personas se sometieron a la cirugía como un procedimiento electivo, mientras que el resto se realizó durante una admisión hospitalaria de emergencia.
El riesgo general de amputación de una pierna fue bajo tanto para los adultos de mediana edad como para los mayores: casi un 11 por ciento para los de 50 a 54 años, frente a casi un 7 por ciento entre los de 80 a 84 años.
Sin embargo, las personas de mediana edad que necesitaron una cirugía de emergencia para reabrir sus arterias tenían un riesgo mucho mayor de perder la pierna.
El riesgo de amputación de una pierna tras una cirugía de emergencia para las personas de 50 a 54 años fue de un 18 por ciento al año y de casi un 29 por ciento a los cinco años, en comparación con un 12 y un 17 por ciento para las personas de 80 a 84 años.
Por otro lado, las personas de 80 años tenían más probabilidades de morir, independientemente de que la cirugía condujera o no a una amputación, en comparación con las de 50 años.
Para las personas de 80 años, el riesgo de muerte sin una amputación de pierna fue de un 49 por ciento en un plazo de cinco años tras una cirugía electiva y de un 59 por ciento tras una cirugía de emergencia, en comparación con un 13 y un 17 por ciento entre las personas de 50 años.
El riesgo de muerte tras la amputación de una pierna fue de un 39 por ciento a los tres meses y de un 30 por ciento al año de cirugía para las personas de 80 años, en comparación con un 20 y un 15 por ciento para las personas de 50 años.
"Los hallazgos también resaltan cómo la relación entre las trayectorias de la enfermedad y las características del paciente no es sencilla", dijo Li en un comunicado de prensa de la revista.
"Aunque ser mayor en el momento de someterse a la cirugía para restaurar el flujo sanguíneo se asoció con un aumento marcado en el riesgo de muerte, el riesgo de amputación mayor tras esa cirugía fue más bajo entre los pacientes mayores que entre los pacientes más jóvenes", añadió Li.
Las directrices emitidas a principios de este año por la AHA, la ACC y otras nueve sociedades médicas destacaron la importancia del diagnóstico y el tratamiento tempranos de la EAP para prevenir las amputaciones y otras complicaciones relacionadas con el corazón causadas por la afección, anotaron los investigadores.
"Este estudio muestra que para los pacientes con enfermedad arterial periférica grave, no hay una respuesta sencilla que explique la condición de cada paciente", señaló el covicepresidente de las directrices, el Dr. Philip Goodney, jefe de sección de cirugía vascular de Dartmouth Health, en New Hampshire.
"Por ejemplo, los pacientes con enfermedad grave que se presentan a edades tempranas tienen malos resultados, independientemente de cómo se les pueda tratar", añadió Goodney. "Esto puede ser el resultado de una enfermedad grave o circunstancias difíciles para el tratamiento".
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