A partir del jueves 11 de enero, las salas de cine se preparan para sumergir al público en una historia de misterio y horror.
'Juego de la muerte', dirigida por Anna Zaytseva, relata cómo una ciudad rusa se ve sacudida por las misteriosas y trágicas muertes de adolescentes, incluida Yulina, la hermana menor de Dana. A pesar del luto, Dana decide explorar las motivaciones que llevaron a su hermana a un acto tan devastador que acabó con su vida. En su búsqueda, descubre la existencia de un retorcido juego en las redes sociales que impulsa a los jóvenes a enfrentar desafíos de autolesión, autotortura y, en última instancia, suicidio.
Desde 'Unfriended', las películas sobre la vida en la pantalla han ganado popularidad, con 'Searching' y 'Profile' entre las producciones recientes que adoptan este estilo. Ahora, con gran parte de nuestras vidas en línea, este enfoque añade realismo a la trama, mostrando cómo las plataformas digitales pueden tejer una narrativa inquietante.
La ópera prima de la directora rusa Anna Zaytseva se basa en sucesos reales relacionados con el desafío conocido como "la ballena azul", un juego suicida en línea que proponía 50 tareas en 50 días, vinculado con múltiples suicidios en todo el mundo.
Las primeras tareas del juego parecían inofensivas, como "despertar en mitad de la noche" o "ver una película de terror". Pero con el tiempo, las instrucciones se volvieron más siniestras: "pararse en el borde de una torre" o "cortarse un brazo en forma de ballena". La tarea final instaba al usuario a quitarse la vida. Aunque se originó en Rusia, los informes sobre este desafío se propagaron a otros países como Ucrania, India y Estados Unidos.
La historia del desafío "la ballena azul" comenzó con Rina Palenkova. El 22 de noviembre de 2015, Rina, una adolescente del sureste de Rusia, publicó una selfie en la que aparecía cubierta de sangre seca y con un pañuelo oscuro rodeando su boca y nariz, junto a un mensaje que decía: "Nya adiós". Al día siguiente, se quitó la vida. Su muerte generó discusiones en salas de chat en VKontakte, la red social más grande de Rusia, donde los adolescentes compartían desde aspectos cotidianos hasta temas más oscuros como depresión y suicidio.
