Entre las infecciones más preocupantes se encuentran las provocadas por Aspergillus, Candida, Nakaseomyces glabratus
Las infecciones fúngicas se están consolidando como una de las principales amenazas para la salud global, según un reciente estudio de la Universidad de Ámsterdam. Esta investigación alerta sobre el aumento de la resistencia de los hongos a los tratamientos antifúngicos, lo que podría desencadenar una crisis de salud de magnitudes imprevisibles.
La comunidad científica ha encendido las alarmas, advirtiendo que los patógenos fúngicos están desarrollando resistencia a un ritmo alarmante, un fenómeno que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado como uno de los retos más significativos que enfrenta la medicina en la actualidad.
La resistencia a los antifúngicos está alcanzando niveles críticos. Según la OMS, las infecciones fúngicas causan aproximadamente 3.8 millones de muertes anuales, muchas de las cuales ya son intratables debido a la resistencia de los patógenos a los tratamientos existentes.
Entre las infecciones más preocupantes se encuentran aquellas provocadas por *Aspergillus*, *Candida*, *Nakaseomyces glabratus* y *Trichophyton indotineae*. Estas infecciones representan un riesgo particular para los ancianos y las personas inmunodeprimidas, cuyas defensas están comprometidas.
Los investigadores coinciden en que las infecciones bacterianas han recibido más atención en el debate sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM). Sin embargo, las infecciones fúngicas invasivas, aunque menos discutidas, constituyen una amenaza igual o incluso mayor. Norman van Rhijn, investigador de la Universidad de Manchester, afirma que "las enfermedades fúngicas han sido en gran medida desatendidas tanto por la comunidad científica como por los gobiernos y las farmacéuticas". Esta falta de atención ha permitido que la resistencia a los antifúngicos aumente sin la intervención adecuada.
**Una amenaza global ignorada**
Van Rhijn sostiene que la lucha contra las infecciones bacterianas ha desviado la atención de la amenaza fúngica. Los esfuerzos actuales para combatir la RAM se enfocan casi exclusivamente en las bacterias, ignorando un problema que impacta a millones de personas. “La resistencia a los antimicóticos es una problemática mundial en crecimiento que, desafortunadamente, no ha sido incluida en el debate global”, advirtió Van Rhijn.
Esta situación preocupa especialmente a los investigadores, quienes insisten en que la reunión de las Naciones Unidas sobre la resistencia a los antimicrobianos, programada para septiembre, debe incluir urgentemente las infecciones fúngicas en su agenda. La falta de acción podría dar lugar a una crisis sanitaria de gran magnitud si no se implementan medidas preventivas.
**Dificultades en el desarrollo de tratamientos**
Uno de los mayores retos para combatir las infecciones fúngicas es la similitud entre las células humanas y los hongos, lo que complica el desarrollo de medicamentos que puedan inhibir a los hongos sin dañar los tejidos humanos. Sin embargo, en los últimos años, se han llevado a cabo ensayos clínicos con nuevas clases de moléculas prometedoras que podrían ofrecer soluciones en el futuro.
El investigador Ferry Hagen señala que, además de los desafíos en el desarrollo de tratamientos, la industria agroquímica está exacerbando el problema. Los fungicidas utilizados en la agricultura comparten modos de acción similares a los antifúngicos clínicos, lo que ha generado resistencia cruzada. Esto plantea un dilema: ¿cómo garantizar la seguridad alimentaria sin comprometer la salud humana?
Frente a este escenario, los científicos hacen un llamado a establecer un acuerdo global que limite el uso de ciertas clases de antifúngicos en aplicaciones agrícolas. Solo a través de una regulación internacional y una colaboración estrecha entre gobiernos, industrias farmacéuticas y agroquímicas será posible frenar la propagación de patógenos fúngicos resistentes.
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