La ventaja de contar con una temporada tan larga como la de Grandes Ligas es que, en cualquier momento determinado, un tramo positivo en términos de victorias puede meter en competencia a cualquiera de los 30 equipos y puede cambiar el rumbo de una organización dentro de una temporada. Al mismo tiempo, un tramo competitivo de una escuadra puede cambiar radicalmente el destino de un dirigente. Es importante destacar que lo inverso puede ocurrir también y que un tramo plagado por derrotas negativo puede ser el último clavo en el ataúd de la dirigencia de alguien frente a un equipo.
Sin embargo, hay tres casos sumamente llamativos en la temporada 2024 de Grandes Ligas y los tres involucran a dirigentes latinos. Oliver Mármol, capataz de St. Louis Cardinals, Joe Espada, dirigente de Houston Astros, y Carlos Mendoza, dirigente de New York Mets, en un momento fueron las caras de tres franquicias que parecían estar acabadas en la temporada, pero han girado el barco de manera positiva y eso, al menos de momento, les salva el trabajo.
Iniciando con Oliver Mármol, quien es el dirigente de mayor tiempo entre los tres, vio como los rumores de una posible salida adelantada, a pesar de haber firmado una extensión contractual por dos años con los Cardinals antes del inicio de la temporada, aparecieron tras el pésimo arranque del equipo.
En su peor momento, el cual llegó el 10 de mayo, St. Louis se vio con récord de 15 ganados y 24 perdidos, fuera de cualquier posibilidad de competencia y siendo duramente criticado por los resultados. Desde entonces, el equipo ha resurgido, ganando 29 de sus últimos 46 juegos, lo que ha colocado a los Cardinals con marca de 44 ganados y 41 perdidos y ocupando el tercer puesto de Wild Card de la Liga Nacional en estos momentos. Dicha marcha ha aplacado totalmente con las conversaciones sobre posibles despidos y salidas del dominicano.
Pasando a Carlos Mendoza, quien está en su primer año frente al conjunto de Queens, enfrentó bastantes problemas con su bullpen a lo largo del primer mes y medio de campaña. De hecho, en el caso de los Mets, la pregunta constante ha sido si con el talento que tienen, se convertirían en vendedores al llegar la fecha límite de cambios. Una a la que incluso tuvo que referirse el propietario del equipo, Steven Cohen, quien señaló que sentía que podían darle la vuelta a su situación. Los Mets han probado que esas palabras eran ciertas y de gran manera.
Al 2 de junio, los Mets llegaron con marca de 24 ganados y 35 perdidos. Desde entonces, han salido victoriosos en 18 encuentros y solo han perdido 7, ubicando su récord en 42-42 para lo que va de campaña y colocándose a un juego y medio del último Wild Card del “Viejo Circuito”, con lo que ha quedado demostrado que Mendoza tiene el nivel suficiente para dirigir en MLB.
El caso de los Astros es, probablemente, el más sorprendente de los tres. Joe Espada, quien también está en su primer año como dirigente del equipo, vio como una rotación abridora de Serie Mundial se cayó a pedazos por las lesiones. Sin Justin Verlander, ni Luis García, ni Lance McCullers Jr., ni José Urquidy y posteriormente, perdiendo a Cristian Javier, mientras que su gran inversión de la temporada baja, el cerrador Josh Hader, estaba convirtiéndose en un desastre, los Astros cayeron a 12 ganados con 24 perdidos al 8 de mayo, sumergidos en el sótano de su división.
Desde entonces, Espada ha podido capitalizar de manera magistral a un grupo de jugadores jóvenes para colocar a los Astros en el segundo puesto del oeste de la Liga Americana ganando 32 de sus últimos 50 partidos y ubicándose ahora a tan solo dos encuentros de la cima divisional que permanece en posesión de Seattle Mariners. Espada ha comandado magistralmente a un grupo que demostró que los rumores de la caída del conjunto que ha ido siete veces consecutivas a la Serie de Campeonato del “Joven Circuito” fueron ampliamente exagerados.
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