Un informe reciente del banco londinense HSBC, analizado por The New York Times, destaca la magnitud del problema de la caída en las tasas de natalidad. Entre 2022 y 2023, numerosos países han experimentado disminuciones significativas en sus tasas de natalidad, algunas de las cuales superan el 10 %. Esta rápida tendencia ha generado preocupación entre expertos y líderes, quienes advierten que podría tener consecuencias devastadoras a largo plazo.
Polonia, Irlanda y la República Checa son los países con las caídas más marcadas, con descensos récord superiores al 10 % en solo un año. Estos países, que históricamente tenían tasas de natalidad moderadamente altas en comparación con otros de la región, ahora enfrentan un desafío demográfico sin precedentes. Colombia, con una disminución del 9,3 % en su tasa de natalidad, ocupa el cuarto lugar en esta preocupante lista.
Crisis demográfica en Asia y Europa
Asia, anteriormente conocida por su alto número de nacimientos, no ha sido inmune a esta tendencia. Corea del Sur, Singapur, China y Japón, que antes tenían dinámicas de natalidad positivas o estables, han visto caídas notables. Corea del Sur registró una disminución del 8,1 % en su tasa de natalidad, mientras que China y Japón reportaron reducciones del 5,6 % y 5,3 %, respectivamente.
En Europa, además de Polonia, Irlanda y la República Checa, otros países como Francia, Austria, Grecia, Alemania y Croacia también han reportado caídas significativas. La situación es particularmente alarmante en Europa debido a su ya envejecida población y bajas tasas de reemplazo, lo que podría conducir a una disminución sostenida de la población en las próximas décadas.
Contrastes regionales: Filipinas como excepción positiva
No obstante, no todos los datos son negativos. Filipinas destaca como una excepción notable, con un aumento del 6,7 % en su tasa de natalidad durante el mismo período. Este incremento podría deberse a una combinación de factores culturales, económicos y sociales que han permitido a Filipinas mantener una dinámica poblacional más robusta en comparación con otros países de la región.
La acelerada disminución de la natalidad tiene profundas implicaciones para el futuro de las naciones afectadas. Un colapso poblacional podría causar una serie de problemas económicos y sociales, como la reducción de la fuerza laboral, el envejecimiento de la población y una mayor presión sobre los sistemas de salud y pensiones. Además, la disminución en el número de nacimientos podría afectar la innovación y el crecimiento económico, ya que las sociedades con poblaciones en declive enfrentan desafíos para mantener niveles sostenibles de desarrollo