La adicción al celular, también conocida como nomofobia, es un fenómeno en aumento en la era digital. Se manifiesta a través de ansiedad y otros síntomas físicos y psicológicos cuando el usuario se separa de su dispositivo.
Este problema afecta especialmente a adolescentes y jóvenes, quienes pueden experimentar trastornos del sueño, ansiedad e incluso depresión. Para mitigar estos efectos, los especialistas sugieren realizar cambios sencillos en la rutina diaria que fomenten un uso más equilibrado del celular.
Cómo reconocer la adicción al celular
La adicción se considera presente cuando el uso del celular se vuelve compulsivo y afecta áreas vitales de la vida, como el trabajo, las relaciones interpersonales y la salud emocional. Según el psicólogo Flavio Calvo, algunos de los síntomas de esta adicción son la necesidad constante de revisar el celular, la irritabilidad al no tener el dispositivo cerca y la distracción en situaciones donde no debería usarse. También se pueden observar dificultades para concentrarse y problemas de sueño causados por el uso nocturno del dispositivo.
Postura de la OMS sobre la dependencia tecnológica
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha clasificado oficialmente la adicción al celular como un trastorno, ha alertado sobre el impacto negativo del uso excesivo de dispositivos en la salud mental. La OMS ya reconoció la adicción a los videojuegos, lo que refleja una creciente preocupación por las dependencias tecnológicas. En el caso del celular, su uso incontrolado puede crear patrones de dependencia y gratificación instantánea que limitan el autocontrol y fomentan una búsqueda constante de estímulos.
Riesgos de salud asociados al uso excesivo del celular
El uso abusivo del celular conlleva consecuencias tanto mentales como físicas. Gabriela Martínez Castro, del Centro de Estudio Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA), menciona que esta adicción está relacionada con la ansiedad y el temor a desconectarse. Además, el uso excesivo en adolescentes puede afectar su autoestima y aumentar la sensación de soledad, debido a las comparaciones en redes sociales. En el aspecto físico, el abuso del celular puede provocar dolor de espalda, fatiga visual y trastornos del sueño, impactando negativamente en la calidad de vida.
Efectos del celular en el cerebro
El uso prolongado del celular activa el sistema de recompensas del cerebro, liberando dopamina, que produce sensaciones placenteras. Las aplicaciones y redes sociales están diseñadas para ofrecer estímulos constantes, lo que provoca un uso compulsivo del dispositivo. Este ciclo de gratificación afecta la capacidad de concentración en actividades que no brindan recompensas inmediatas, limitando el autocontrol.
10 hábitos para disminuir la dependencia del celular
Para promover un uso saludable del celular, los expertos sugieren adoptar los siguientes hábitos:
- Activar el modo avión o "No molestar" para minimizar distracciones.
- Desactivar notificaciones no esenciales, como las de redes sociales.
- Mantener el celular fuera de la vista durante actividades importantes.
- Evitar su uso durante las comidas para fomentar la interacción.
- Silenciar grupos de WhatsApp que causen interrupciones innecesarias.
- Limitar el tiempo en redes sociales mediante horarios específicos.
- No llevar el celular al dormitorio, especialmente por la noche.
- Eliminar aplicaciones que no aporten valor para reducir el tiempo de uso.
- Practicar actividades sin tecnología, como leer o hacer ejercicio.
- Ejercitar el autocontrol, reconociendo cuándo se ha usado el celular en exceso.
¿Es posible un uso saludable del celular?
Calvo sugiere que, para mantener una relación saludable con el celular, es fundamental establecer límites y practicar una “higiene digital”, eligiendo cuidadosamente los contenidos y asegurando que el tiempo en el dispositivo sea provechoso. La implementación de estos hábitos puede ayudar a reducir la dependencia tecnológica y fomentar un uso más consciente del celular, contribuyendo a una mejor salud mental y física.