"La carrera de maestro es noble y demandante".
Ser Maestro va más allá de solo pararse frente al grupo y transmitir el conocimiento, y desarrollar los programas educativos. En esta carrera, se forman a los futuros hombres que serán el mañana de la sociedad, siendo una gran responsabilidad lo que lleva esta carrera, tal como lo describe el Profesor Pablo García, Maestro en retiro con 30 años de servicio.
¿Cómo llega a Piedras Negras y por qué decide quedarse a radicar en esta ciudad?
"Es una anécdota algo larga que trataré de resumir. Es interesante para mí. Inicié mi carrera magisterial en el estado de Guanajuato y alrededor de cinco años después me trasladaron a la laguna. Con el tiempo, me entró la inquietud por conocer otro trabajo, ya que solo había estado asignado a escuelas rurales. Entonces, le dije a mi familia que solicitaría mi cambio a una frontera, excepto a Ciudad Juárez. Así que prepárense, porque cuando menos lo piensen, ya voy a tener mi cambio. Y fue así, me dieron el cambio a Ciudad Acuña. En ese entonces, mi esposa ya había vendido casa y muebles. Llegamos a la frontera sin nada. En ese momento, Acuña era como un ranchito, nada que ver con lo que es ahora. Entonces, sí me las vi negras por un tiempo. No me gustó y pedí el cambio para Piedras Negras, que era más grande y estaba en proceso de crecimiento. Fue entonces cuando conocí al Profesor José Luis Rentería, quien por muchos años fue director de la Técnica 5. Él fue quien me ayudó a que me dieran el cambio para Piedras Negras. Estoy muy a gusto aquí en Piedras. Yo quería regresar a Lerdo, quería iniciar un periódico ahora que ya estoy pensionado, pero un hijo me dijo: "¿A dónde te vas? Aquí está tu familia". Y pues, mírame, ya me quedé. Me hice agua del Río Bravo como muchos y ya me adoptó Piedras Negras. Ya estoy jubilado como Maestro y en la actualidad dedico mi tiempo al periodismo a través de la página que tengo. Es una profesión muy bonita, me gusta mucho.
¿Cómo decide estudiar para maestro?
"Esta carrera la tomé dadas las circunstancias que me tocó vivir. Siempre lo he dicho y lo reitero: no fui maestro por vocación. Sin embargo, tuve la responsabilidad y la fortuna de realizar un trabajo muy noble, al igual que la fortuna de trabajar con niños. Es algo extraordinario, algo bonito, y está en tus manos guiarlos para el futuro. Es una carrera muy provechosa, pero nunca fue mi profesión. Yo quería estudiar la carrera de Administración y Ciencia Política que se impartía en Torreón. Pero mi hermana y mis padres me impulsaron para que estudiara para Profesor. Me decían en mi casa: "Juanito, mi hermano es maestro", y en mi familia hay varios tíos que son maestros. Eso fue lo que me impulsó a decidirme por esta área. La verdad es que es apasionante, frustrante, pero bonito. Ninguno de mis hijos quiso estudiar. Ya soy abuelo también. De los cinco hijos que tuve, solo las mujeres estudiaron".
¿Cómo considera que fue su vida dentro de la impartición de la educación?
"Te puedo decir que duré 30 años de servicio. Es una carrera en la que a lo largo de los años vas viendo el fruto de tu trabajo. Hoy, precisamente, me llamó uno de mis ex alumnos para felicitarme. Tuve muchas satisfacciones. En una ocasión, una madre de familia que era enfermera me pidió permiso para llevar clases a los niños sobre temas de salud. Yo considero que las personas se forjan en gran parte en la escuela. Los maestros tienen la responsabilidad de inculcar valores, donde primero se tienen que realizar en casa, y en la escuela es la segunda parte.
La carrera del Profesor va más allá de solo enseñar. Hay maestros de vocación que los días de asueto están trabajando en cómo mejorar la calidad educativa, y también existe la otra parte de la moneda, como se le conoce. Hay de todo.
Hoy en día, el campo para los maestros es muy amplio, ya que se han abierto muchas escuelas, lo que habla también de la demanda en las comunidades, que es parte del crecimiento".
