La Entrevista con Joel 'El Negro Rivera'
José Gaytán / El Tiempo de Piedras Negras"La lucha libre me ha brindado muchos amigos".
La lucha libre es uno de los deportes más vistos y con más afición en México. Han existido a lo largo de los años personajes de renombre; uno de ellos es de Saltillo: el Negro Rivera, quien por cerca de 40 años destacó en esta disciplina. Nos comenta cómo fueron sus inicios y la actualidad de la lucha.
¿Cómo se inició en la lucha libre y cuántos años lleva en este deporte?
"En la lucha libre tengo desde 1985, ya son cerca de 40 años dentro de este deporte.
Todo empezó cuando era niño; mi hermano me llevaba a las arenas, aunque él nunca fue luchador. Conforme fueron pasando los años, ingresé a trabajar en una fábrica y el hermano de un compañero, que era luchador, me invitó a entrenar. Me dio una paliza con la intención de que no volviera, pero cuando te gusta, sigues adelante.
He tenido la oportunidad de enfrentarme a luchadores de renombre como Ringo Mendoza, Tinieblas, el Hijo del Santo; todo esto fue una ilusión que se convirtió en realidad. Aunque he recibido contratos que me han ofrecido, los he rechazado porque en este deporte el riesgo de una lesión es constante. Yo no fui la excepción; tengo dos hernias de disco y el temor de quedar inválido.
Lo que hice en la lucha está escrito; la gente, la afición, me reconoce por mi labor en el ring y eso me da mucha satisfacción".
¿Cómo se dio la unión con El Pandillero y cómo se convirtieron en la mejor pareja del estado?
"Como te mencioné, el hermano de mi compañero, quien luchaba como El Gato (no el de Monterrey), era un buen elemento. Más tarde, formamos el dúo conocido como Los Turbos. Posteriormente, en Monclova, con El Suicida de Acapulco, nos convertimos en la máscara.
Más tarde, con más experiencia, conocí a El Pandillero. Yo le decía: "Quiero ser tu pareja", pero él se negaba; ya estaba consagrado en la lucha. Sin embargo, con el tiempo y al ver mi desempeño, se acercó a mí y me dijo: "Vamos a unirnos". Así, nos convertimos en la mejor pareja de todo el estado y juntos escribimos una gran historia en la lucha libre.
Desgraciadamente, él nos dejó prematuramente, pero le mando un gran abrazo hasta el cielo; su legado quedó en la memoria de todos los aficionados. En esto de la lucha, me ha dejado muchas satisfacciones; siempre lo hice por mero pasatiempo porque me gustaba. Nunca viví de la lucha, pero tengo muchas anécdotas de haber pisado las mejores arenas del país y de haber luchado con los mejores".
¿Qué representa la lucha libre en su vida?
"Representa muchas satisfacciones; he realizado muchas cosas. Salí en programas de televisión y en películas, aunque no nos pagaban; era por amor al arte, pero lo disfruté mucho. He tenido muchos amigos y la satisfacción de tener las bases de la lucha para ayudar a crecer a muchos luchadores. La experiencia de haber luchado en arenas como el Pabellón Azteca, donde estaba Super Ratón, los Apaches y otros grandes nombres de la lucha, ha sido un honor".
¿Tuvo la oportunidad de unirse a la camada de luchadores de Coahuila que destacaron a nivel nacional?
"Esa fue una época muy importante para la lucha libre del estado; llegaron en ese entonces Jerry Estrada, Volador, LA PARK. El que abrió el camino fue Chacho Herodes, un gran amigo que siempre prefería a los luchadores de Monclova.
En una ocasión, tuve la oportunidad de encontrarme con un luchador de jerarquía en Triple A, pero me mencionaron que primero tenía que colaborar, y yo no soy ese tipo de persona.
Por esa razón, no firmé con esa empresa, pero luché con su gente cuando venían al estado, en diversas arenas. En la actualidad, siento que se ha perdido la esencia de la lucha, que era la lucha a ras de lona, y que la audiencia asistía con el deseo de ver a sus ídolos de la lucha libre. Hoy en día, se le ha restado mucha importancia y promoción".
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