La Entrevista con Javier Díaz
De ser el único boxeador campeón nacional originario de Piedras Negras, pasó a ser un filántropo de corazón
Héctor Guerrero / El Tiempo de Piedras Negras"Siempre habrá segundas oportunidades para todo".
De ser el único boxeador campeón nacional originario de Piedras Negras, pasó a ser un filántropo de corazón que siempre está viendo por los demás, incluso antes que él mismo. La vida lo ha retado varias veces, y en todas ha salido adelante, aunque algunas veces le ha costado mucho dolor
¿Cómo le hiciste?
“Dios siempre te da segundas oportunidades. Y tienes que aprovecharlas, no puedes desperdiciar ese tiempo extra que te dieron. “Es, un momento más en este mundo para subsanar todo lo mal que hiciste o lo que dejaste de ser, así de sencillo.
"Pero, hay muchos que no lo entienden o no quieren entenderlo y todo se complica siempre"
¿Qué te pasó, sufriste algún percance? “Sabes, me pegó el COVID cuando todavía no existía una vacuna, y fue algo complicado, me sentía muy mal y luego a recuperarme.
“Afortunadamente, Dios nunca me abandonó. Me dio fortaleza para salir adelante, lo cuál agradezco mucho”.
"Por ello agradezco mucho a toda mi familia y a mi esposa que nunca me abandonaron".
"Shibuya", no lo dice, pero un segundo golpe lo destrozó moralmente.
Su hija, Gloria Díaz falleció víctima de cáncer.
Quería ser campeona como su papá “Shibuya”.
Y al igual que el boxeador profesional, se apoyaba en su mamá en todo, desde entrenamientos y hasta consejos.
"Shibuyita" fue ejemplo de valor y fuerza, y miraba a su papá como a su ídolo más grande.
Ella se convirtió en un gran prospecto del boxeo femenil en el Norte del país.
Su paso era firme, pero el destino le tenía preparado otra cosa.
¿El COVID, hay algo que se pueda hacer?
“Sí, como te dije, tengo planes para construir un centro de recuperación para personas que fueron infectadas por este virus.
“No es una tarea fácil, porque se necesita mucho dinero, pero frenamos la campaña por el problema de mi hija.
“Hay muchas personas que me dicen que no se han recuperado, y entonces hay mucho estrés, hay crisis emocional”.
Díaz asegura que hay mucha gente que requiere apoyo, no solo de su familia, amigos y autoridades, sino de especialistas para levantar su auto estima, a que recuperen la confianza en si mismos, a perder el miedo y el temor.
¿Qué sentiste cuando ganaste el campeonato nacional?
“Esa es otra historia; es lo mejor que me ha dado la vida, después de mis hijos, claro.
“Recuerda que en 1989 derrotó al campeón de Guadalajara, Wilibaldo Salazar, para darle a Piedras Negras el único título mosca nacional para un peleador originario”.
¿Fue una larga carrera?
“Imagínate, desde pequeño me gustó el boxeo en Guantes de Oro y de allí en adelante fue una vida dedicada al boxeo totalmente
“Gané el título estatal, luego el Intercontinental y finalmente el campeonato nacional de peso mosca, venciendo a Wilibaldo Salazar ante más de 6 mil gentes en el Auditorio “Santiago V. González” un 16 de junio de 1989”, recuerda con orgullo.
¿A qué te dedicas?
“Ahora me contrataron como Guardia de Seguridad, donde ha ido ascendiendo, pero sigo apoyando a los jóvenes a que aprendan el boxeo.
“Ya no tanto como cuando joven, pero sigo enseñando a quién quiera aprender a boxear”.
¿Qué te dejó tu actividad boxística?
"Estoy muy agradecido por todo. "Creo que cada quien elige lo que quiere ser, la vida se encarga de ponerte donde más se necesita.
"Y a mi me dijo que el boxeo era lo mío".
El peleador se ha convertido en una verdadera leyenda en Piedras Negras. Díaz es uno de cinco integrantes al Salón de la Fama en Piedras Negras.
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