Una reciente investigación revela que una infección fúngica resistente a los medicamentos, difícil de tratar, podría estar presente en su centro de jardinería local.
Investigadores de la Universidad de Georgia (UGA) en Atenas hallaron altos niveles de hongos multirresistentes en compost, tierra y bulbos de flores disponibles en minoristas comunes.
"La jardinería es una actividad placentera y relajante, pero me preocupa que quienes no sean conscientes del riesgo puedan enfrentar problemas de salud al trabajar con compost y bulbos de flores", señaló la autora principal del estudio, Marin Brewer, profesora en la Facultad de Ciencias Agrícolas y Ambientales de la UGA.
El hongo en cuestión es Aspergillus fumigatus, que naturalmente habita en el suelo, pero puede causar enfermedades si se inhala. Mientras que las personas con sistemas inmunitarios saludables generalmente pueden combatir el hongo, aquellos con sistemas inmunitarios comprometidos, como los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), fibrosis quística, diabetes tipo 2, VIH/SIDA, COVID-19 o aquellos que toman inmunosupresores, podrían enfrentarse a infecciones graves e incluso mortales si se encuentran con cepas resistentes a múltiples medicamentos antifúngicos.
A. fumigatus es una preocupación creciente para la salud global: se estima que más de 2 millones de personas están afectadas en todo el mundo, y la Organización Mundial de la Salud lo ha clasificado como una amenaza crítica.
En personas sanas, A. fumigatus puede causar aspergilomas, formaciones en los pulmones que a menudo se resuelven por sí solas, aunque en algunos casos requieren tratamiento con antifúngicos.
En el estudio, Brewer y su equipo analizaron muestras de compost, tierra, bulbos de flores y productos alimenticios comprados en tiendas entre 2019 y 2021. Encontraron más de 500 cepas diferentes de A. fumigatus, con más del 90% de ellas en bulbos de flores, tierra, compost y cacahuetes.
Las cepas resistentes a los medicamentos se detectaron en el suelo y el compost hechos de estiércol, así como en bulbos de flores como narcisos, dalias, gladiolos y tulipanes.
"Encontramos docenas de cepas resistentes en solo 1 gramo de compost", dijo Brewer en un comunicado de prensa de la UGA. "Nuestros hallazgos sugieren que podría haber decenas de miles de cepas resistentes en una bolsa de compost."
Debido a que las esporas del hongo pueden ser inhaladas, Brewer recomienda que las personas con sistemas inmunitarios comprometidos usen mascarillas N-95 al trabajar en el jardín. Ella misma evitará plantar bulbos de flores y el uso de compost comercial basado en estos resultados.
El equipo de UGA atribuye gran parte de la resistencia a los medicamentos al uso excesivo de antifúngicos en la agricultura. Los representantes de la industria aseguran que están trabajando para mitigar esta amenaza.
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