Un estudio reciente revela que el virus causante del COVID-19 está ampliamente extendido entre la vida silvestre. El SARS-CoV-2 se ha detectado en seis especies comunes, incluyendo ratones, ciervos, zarigüeyas, mapaches, marmotas, conejos de cola de algodón y murciélagos rojos, según un informe publicado el 29 de julio en la revista Nature Communications.
El estudio también encontró anticuerpos indicativos de una exposición previa al coronavirus en cinco de estas especies, con tasas de exposición que variaron entre el 40% y el 60%. La mayor presencia del virus se observó en animales cerca de rutas de senderismo y áreas de alto tráfico público, sugiriendo que la transmisión se produce de los humanos a los animales.
No se encontraron evidencias de transmisión del COVID-19 de los animales a los humanos, por lo que no hay motivo para preocuparse por contraer la enfermedad de animales encontrados durante excursiones, según los investigadores.
"La transferencia del virus de humanos a vida silvestre ocurre cuando tenemos contacto con estos animales, similar a cómo un autoestopista cambia de vehículo a uno nuevo y más adecuado", explicó la investigadora Carla Finkielstein, profesora de ciencias biológicas en el Instituto de Investigación Biomédica Fralin de Virginia Tech. "El objetivo del virus es propagarse para sobrevivir. Mientras las vacunas protegen a muchos humanos, el virus busca adaptarse y prosperar en nuevos huéspedes".
El SARS-CoV-2 ya había sido detectado anteriormente en vida silvestre, como en el ciervo de cola blanca y el visón salvaje. Este nuevo estudio amplía el rango de especies infectadas y sugiere que las áreas con alta actividad humana actúan como puntos de contacto para la transmisión entre humanos y animales.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores recolectaron casi 800 muestras de hisopos nasales y orales de animales en Virginia que fueron atrapados y liberados, o recibieron tratamiento en un centro de rehabilitación de vida silvestre, además de 126 muestras de sangre de seis especies diferentes. En un caso, se identificaron dos ratones en el mismo lugar con exactamente la misma variante de COVID, indicando una posible transmisión directa entre ellos o de un humano a los animales. Además, el COVID aislado de una zarigüeya mostró mutaciones virales inéditas, que podrían aumentar el riesgo para los humanos.
"El mensaje principal es que el virus está bastante extendido", dijo Amanda Goldberg, investigadora principal y exasociada postdoctoral del Colegio de Ciencias de Virginia Tech. "El estudio mostró la presencia del virus en una variedad de animales comunes".
La mayoría de las especies infectadas en Virginia son comunes en toda América del Norte, y es probable que estén expuestas en otras regiones también. Finkielstein destacó que el virus busca sobrevivir, independientemente del tipo de huésped. Las mutaciones que no ofrecen ventajas de supervivencia eventualmente desaparecerán.
Los investigadores concluyen que la vigilancia continua de la transmisión de COVID en animales es crucial, y las nuevas mutaciones deben ser monitoreadas debido a su posible impacto en la salud humana. "Este estudio demuestra la amplia gama de huéspedes potenciales para el SARS-CoV-2 en la naturaleza y la extensión de su propagación", comentó Joseph Hoyt, profesor asistente de ciencias biológicas en Virginia Tech. "Aún queda mucho por investigar sobre qué especies de vida silvestre podrían jugar un papel importante en la persistencia del virus en los humanos".
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