En tu última visita al dentista, es posible que te hayan dado la desalentadora noticia de que tienes una caries. Aunque pueda parecer un problema menor, ignorar el tratamiento podría llevar a consecuencias desastrosas para tu salud bucal.
Es crucial abordar las caries de inmediato, ya que su progresión, aunque lenta, puede resultar en daños significativos si se descuida.
Las caries, esos pequeños agujeros que se forman en los dientes debido a la acción de bacterias nocivas, comienzan su proceso de expansión cuando se exponen al ácido, generado comúnmente por el consumo de alimentos ácidos o azucarados.
Las caries, si no se tratan, desmineralizan el esmalte dental, debilitándolo y dejándolo vulnerable a la propagación del daño.
Los síntomas comunes incluyen dolor, mal aliento, inflamación de las encías, manchas en los dientes y la formación de un agujero invisible. Ignorar estos signos puede llevar a un proceso perjudicial que sigue estas etapas:
Debilidad del esmalte: La caries nace y el esmalte se debilita ante la acumulación de placa. En esta fase, tratamientos de flúor aplicados por un dentista pueden evitar la progresión.
Afectación de la dentina: Si no se detecta la caries a tiempo, avanza a la capa media del diente, la dentina. En esta fase, la intervención dental es esencial para detener el avance.
Invasión en la pulpa: La caries continúa internándose en el diente, llegando a la pulpa y los nervios. La infección de la pulpa puede generar un absceso, doloroso y susceptible a la sensibilidad.
Endodoncia o extracción: La pulpa infectada requiere una endodoncia, y en casos extremos, la única solución podría ser la extracción del diente.
El peligro radica en que, si no se tratan a tiempo, las caries evolucionan hacia problemas más graves, socavando la estructura del diente y alcanzando el nervio.
No subestimemos este riesgo, ya que la falta de tratamiento puede resultar en infecciones severas e incluso la pérdida del diente.
Ante una caries diagnosticada, actuar de inmediato es la clave para preservar una sonrisa saludable a largo plazo. No dejemos que un pequeño problema se convierta en una amenaza mayor para nuestra salud bucal.
