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El éxito de los Clippers depende, ante todo, de la salud de Kawhi Leonard

El éxito de los Clippers depende, ante todo, de la salud de Kawhi Leonard
AGENCIAS / EL TIEMPO
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El cierre del juego de los Clippers ante los Nets, con un parcial 22-0 para ganar un partido que los tenía 15 puntos por detrás en el arranque del último cuarto, tiene una única explicación: Kawhi Leonard.

Los primeros tres cuartos de Terminator fueron pobres. Errático, fuera de sintonía, despegado de su nivel habitual. Y así, en función de lo que ocurrió con él, fue lo que mostraron los Clippers en cancha. Lo que se dice, un mensaje que bien puede anticipar la temporada: iremos tan lejos como vaya Kawhi.

Veamos en profundidad: en los primeros tres cuartos, Leonard tuvo 2-11 en tiros de campo. En el último, el del pasaje furioso de su equipo, tuvo 4-4 en tiros de campo (incluyendo dos triples) y 4-4 en tiros libres. Sí, lo sé, no está solo. Debemos considerar a James Harden, Paul George, Russell Westbrook, Terance Mann e Ivica Zubac, que el domingo descansó.

Leonard le da flexibilidad al equipo de Tyronn Lue. Es uno de los ejemplos perfectos de point forward; puede crear desde el traslado o bien jugar al lado de un armador más natural. En el desenlace heroico del domingo por la tarde, Leonard incluso llegó a jugar de interno en el small-ball que complicó a los Nets en grande para ganar el partido.

Puede resultar simplista, porque los Clippers lo están haciendo muy bien desde la llegada de La Barba, pero todo, absolutamente todo, está en las manos gigantes de Kawhi y el estado de sus rodillas. Por primera vez en muchísimo tiempo está sano y eso hizo que la directiva de los Clippers le otorgara una extensión de 153 millones de dólares por tres años, lo que significa que será el hombre referencia que tendrá Los Angeles cuando llegue la inauguración del maravilloso Intuit Dome.

Leonard sufrió lesiones en los playoffs de 2021 y 2023, y se perdió la temporada 2021-22 entera por una lesión de rodilla. A decir verdad, los Clippers merecen este presente auspicioso que tienen (cuartos en el Oeste, con 27 triunfos y 14 derrotas, incluyendo un 8-2 en los últimos diez juegos) por la clase de apuesta que llevaron adelante, apoyados en un jugador que para muchos era una incógnita.

Y no es solo Kawhi. Podemos decir que este es el equipo, desde la dirección, estrategia y ejecución, más arriesgado que hemos visto en los últimos tiempos. Un roster de redención. Veámoslo así: Harden necesita recuperar su marca tras sus angustiantes pasos por Nets y Sixers, George demostrar que todavía puede a los 33 años tras su catarata de lesiones y Westbrook volver a su nivel tras sus últimas experiencias fallidas. Son cuatro estrellas unidas en un único propósito, escapar de la oscuridad y alcanzar nuevamente la perfección de sus artes. Puede ser fantástico el intento. O una bomba de tiempo que estallará todo en mil pedazos.

Eso es lo que se juegan los Clippers con esta experiencia.

Hoy Leonard es el capitán insignia de un equipo que juega cada vez mejor. Con problemas, sí, pero también con virtudes. El máximo de partidos que jugó Leonard en una temporada regular, en los últimos tres años, asciende a 57 en 2019-20. En la actual temporada lleva ya disputados 37 con 23.7 puntos, seis rebotes y 3.6 asistencias por aparición.

Leonard pertenece a la vieja guardia del básquetbol. En la era del triple, Leonard es, como Jimmy Butler, amante del tiro de media distancia. Experto en defensa asfixiante sobre el balón. Su forma de ser lo pone fuera de sintonía con los tiempos que corren. No es expresivo, no tiene highlights superlativos, ni siquiera sabe reírse. Es una máquina. Y no le afecta en lo más mínimo, porque no necesita nada de todo eso para ser uno de los mejores jugadores, no solo de los Clippers, sino del planeta.

Si están sanos, los Clippers tienen argumentos para pelear todo. Pero en estas tierras, lamentablemente, este tema no dejará de ser factor hasta los últimos días de competencia. Importa lo que pase ahora, pero mucho más lo que ocurra a partir de abril. Porque su poker de estrellas es veterano (Leonard 32, George 33, Harden 34 y Westbrook 35) y porque los antecedentes de enfermería ya apagaron sueños de grandeza a solo metros de la meta.

La luz vuelve a encenderse una vez más para Kawhi. No hubo reflectores en sus tardes de gimnasio. En las horas tendido sobre una cama. En las dudas que llevaron a interrogantes y en los interrogantes que persiguieron una respuesta. Leonard tiene lo que tienen los grandes: no se rinde. Se cae y se levanta. Le dicen que no y sigue. Los Clippers, acostumbrados a los golpes a lo largo de los años, también tienen bastante de esto y se sienten identificados. Poner, cada día que se levantan, la otra mejilla. Es una relación de dos, construida en la confianza, la comprensión y sobre todo la paciencia.

Leonard es, entonces, una ilusión compartida. Sus años de despegue en San Antonio Spurs, el éxito veloz en Toronto Raptors y el epílogo en los Clippers. Su carrera merece tener, por lo menos, un round más a fondo antes de despedirse.

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