El desafío de Torreón: enfrentar la desertificación y salvar el suelo
El suelo de Torreón presenta un nivel 4 de deterioro por actividad agroganadera.
Cecilia Aguilar / El Tiempo de MonclovaUrge tomar acción para mitigar el impacto en la Región Lagunera.
En el libro denominado Ciudad Posible, que presenta un diagnóstico y propuestas de la Universidad Iberoamericana Torreón para el actual gobierno municipal, destaca que el Sistema Integral de Información Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de Coahuila, el suelo se encuentra degradado con grado 4, lo que significa que la intensiva actividad agroganadera ha agotado las capacidades edáficas del territorio para producir algunos servicios ambientales.
Por todo lo anterior, identifica como problema de especial urgencia la falta de diagnóstico y seguimiento sistemático en el grado de desertificación del suelo en el municipio de Torreón, especialmente en zonas no urbanas, y sus efectos sobre la población y la prospectiva de toda la Región Lagunera.
Ya desde la década de los 90 del pasado siglo se hablaba de sustentabilidad desde una visión sistémica y, más aún, de la importancia del suelo en las múltiples aristas de este tema.
Hablar de medio ambiente es sumamente difícil e inexacto sin tomar en cuenta los múltiples subsistemas: físicos, biológicos y sociales, en sus tres estados (agua, aire y suelo), como algunos estudios interdisciplinares sobre el calentamiento global han demostrado.
En este contexto, algunos autores establecen la importancia de los suelos en el sostenimiento de la capacidad planetaria para mantener los complejos ciclos biogeoquímicos que posibilitan la producción de la más básica de las necesidades humanas: la alimentación.
Uno de los fenómenos que más afecta al suelo es la erosión que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se define como el balance neto, a largo plazo, entre todos los fenómenos que separan el suelo de su localización original y lo mueven a otra.
Aunque existen diversos mecanismos y fuerzas impulsoras para la erosión, los cambios producidos por la actividad humana han resultado tener el mayor y más catastrófico impacto por la escala de tiempo en que han ocurrido.
Con el desarrollo de la agricultura tecnificada, los monocultivos y, más recientemente, los cultivos resistentes a plagas y sequías, el suelo se ha ido agotando como reservorio material y genético de diversidad biológica, lo que ha reducido drásticamente las capacidades planetarias para resistir ante fenómenos como el calentamiento global.
En este sentido, junto a la erosión (y el calentamiento global, por supuesto) se encuentra la desertificación, que ha sido estudiada y definida como la pérdida de la capacidad de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas para generar vegetación. A su vez, la falta de plantas produce descompactación del suelo, lo que lo vuelve más susceptible a la erosión. Esto es especialmente dañino en zonas habitadas debido a que una gran cantidad de polvo suspendido produce contaminación por PM10 (partículas con diámetro aerodinámico de 10 mm o menos).
Propuestas
• Diagnosticar el estado de desertificación de los suelos de Torreón
• Implementar estrategias de corto, mediano y largo plazos orientadas a combatir la desertificación del municipio y la región en general.
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