El uso ilegal de clembuterol en la ganadería continúa siendo una amenaza silenciosa para los consumidores en numerosos países.
Esta sustancia, que en el ámbito médico se emplea principalmente como broncodilatador para tratar el asma, es utilizada en la industria ganadera por sus efectos anabólicos, lo que permite un aumento rápido de la masa muscular en los animales. Sin embargo, su presencia en la cadena alimentaria puede acarrear serias consecuencias para la salud humana.
El chef Luis Aranda, conocido por su campaña contra el uso de clembuterol en la producción de carne, ha experimentado de primera mano los riesgos de esta práctica. Después de que su esposa se intoxicara al consumir hígado de res contaminado, Aranda decidió levantar la voz. "Es una cadena de corrupción que abarca desde el productor hasta el carnicero, y siempre es el consumidor quien paga las consecuencias", expresa el chef con preocupación.
¿Qué es el clembuterol y por qué es peligroso?
En el mundo del culturismo y entre ciertos atletas, el clembuterol es famoso por sus propiedades termogénicas, ya que aumenta el gasto calórico al elevar la temperatura corporal. Sin embargo, en la ganadería, se usa para incrementar la masa muscular y el peso de los animales. Este uso ilegal permite que las reses lleguen a pesar hasta 600 kilos, en lugar de los 450 kilos recomendados, lo que lleva a los productores a utilizar lo que llaman "chocomilk", una mezcla de alimentos con clembuterol, para satisfacer las demandas del mercado.
El problema se presenta cuando esta sustancia se acumula en órganos como el hígado y la retina de los animales, provocando intoxicaciones severas en quienes consumen carne contaminada. Los efectos en los humanos pueden manifestarse entre una y seis horas después de la ingestión, incluyendo síntomas como dolores de cabeza, temblores, calambres musculares, nerviosismo, sudoración excesiva y palpitaciones. En casos más graves, puede causar hipertensión y aumentar el riesgo de hipertrofia cardíaca, siendo especialmente peligroso para personas con enfermedades cardiovasculares, adultos mayores, niños y mujeres embarazadas.
Un problema subestimado
A pesar de la gravedad de los síntomas, las intoxicaciones por clembuterol a menudo pasan desapercibidas. "Mucha gente no denuncia porque asocia estos síntomas con malestares estomacales comunes", señala Aranda. Además, el escaso control sobre esta práctica en ciertos mercados y la falta de datos oficiales empeoran la situación.
Para muchos ganaderos, el uso de clembuterol es una necesidad económica. Si sus reses no alcanzan el peso adecuado, enfrentan precios más bajos o, en el peor de los casos, sus animales no son comprados. Esta presión genera un ciclo en el que se compromete tanto el bienestar de los animales como la salud de los consumidores.
¿Qué hacer como consumidor?
El movimiento encabezado por Aranda busca concienciar a los consumidores sobre los peligros del clembuterol en la carne. Recomienda elegir carne de origen certificado y apoyar a productores que garanticen métodos de engorda naturales, sin el uso de sustancias ilegales.
"Es fundamental que los consumidores se fijen en la calidad de los alimentos que compran. No solo se trata de sabor, sino de salud y seguridad", concluye el chef.
El clembuterol sirve como un recordatorio de que las prácticas ilegales en la industria alimentaria pueden tener consecuencias devastadoras. La conciencia y la acción colectiva son esenciales para enfrentar este problema.