Juan José Zúñiga, quien fue comandante del ejército de Bolivia, está implicado en un intento de golpe de Estado. Zúñiga ha tenido varios roces con el exmandatario Evo Morales
El reciente conflicto llegó a un punto crítico cuando tanquetas y tropas ocuparon la Plaza Murillo, en el centro de La Paz, donde se encuentra la sede presidencial. Un video de la televisión boliviana mostró a Zúñiga ingresando brevemente al edificio antes de salir caminando. En el vestíbulo del palacio presidencial, el presidente Luis Arce confrontó a Zúñiga, ordenándole retirar a sus soldados y denunciando la insubordinación. Antes de ingresar al edificio, Zúñiga declaró a los periodistas en la plaza: “Seguramente pronto habrá un nuevo Gabinete de ministros; nuestro país, nuestro Estado no puede seguir así”. Aunque reconoció a Arce como comandante en jefe "por ahora", sus acciones indicaron una clara rebelión.
En una entrevista en el programa "No Mentirás", Zúñiga criticó duramente a Evo Morales, describiéndolo como un "mitómano" y acusándolo de usar la mentira para intentar volver al poder. Zúñiga afirmó que Morales lo ha señalado como un objetivo desde hace años y relató que el exmandatario le envió emisarios para convencerlo de alinearse con él, prometiéndole prestigio o amenazándolo con difamación y cárcel. Zúñiga también ha sido acusado de estar involucrado en el desvío irregular de 2.7 millones de pesos bolivianos destinados al pago de los bonos "Juancito Pinto" y "Renta Dignidad". Estos fondos se destinaban a programas sociales importantes, y la acusación ha dañado aún más su reputación.
Denunciamos movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano. La democracia debe respetarse.
El presidente Luis Arce, en respuesta a estos eventos, nombró a nuevos comandantes del Ejército boliviano, calificando las acciones de Zúñiga como un "golpe de Estado". Evo Morales, inhabilitado el año pasado para participar en las elecciones de 2025 por el Tribunal Constitucional Plurinacional, no puede ser electo para la misma función pública más de dos veces en su vida. Zúñiga ha sostenido que Morales está legalmente inhabilitado para regresar al poder, habiendo servido ya tres o cuatro gestiones.
La situación en Bolivia sigue siendo tensa, con Zúñiga en el centro de un conflicto que amenaza con desestabilizar el gobierno actual y la frágil paz del país.
