Las conmociones cerebrales repetidas incrementan significativamente el riesgo de depresión y agotamiento en jugadores de hockey, según un estudio reciente.
Los investigadores encontraron que los jugadores que habían sufrido tres o más conmociones cerebrales tenían el doble de probabilidad de experimentar síntomas de depresión en comparación con aquellos que nunca habían tenido una. Además, el riesgo de síntomas de agotamiento era tres veces y media mayor en este grupo. Este impacto se observó tanto en jugadores masculinos como femeninos.
"Otros estudios han indicado que las mujeres presentan más síntomas a corto plazo tras una conmoción cerebral que los hombres, pero resulta interesante que la relación entre la conmoción y una mayor prevalencia de síntomas de depresión, ansiedad y agotamiento sea igualmente fuerte en ambos sexos", comentó el investigador principal, Mitchell Andersson, estudiante de doctorado en psiquiatría en la Universidad de Lund, Suecia. "Esto sugiere que el proceso de recuperación neuropsiquiátrica a largo plazo puede ser más similar entre hombres y mujeres que el proceso a corto plazo", añadió Andersson en un comunicado.
Para el estudio, los investigadores encuestaron a casi 650 jugadores activos de hockey en las principales ligas de Suecia. Descubrieron que más de uno de cada cuatro hombres y casi uno de cada cinco mujeres reportaron haber sufrido tres o más conmociones cerebrales. Tanto hombres como mujeres mostraron un mayor riesgo de depresión tras sufrir conmociones repetidas.
Los atletas con al menos tres conmociones cerebrales tenían 3.5 veces más probabilidades de desarrollar agotamiento en comparación con aquellos que no habían tenido ninguna, y el doble de probabilidades que los que habían sufrido una o dos. Los síntomas de agotamiento incluían fatiga, estrés, dificultad para concentrarse, irritabilidad, problemas para rendir bajo presión y trastornos del sueño.
El estudio también reveló que los jugadores de hockey de ambos sexos informaron sobre el consumo de alcohol en niveles peligrosos. Según Andersson, "Los jugadores de hockey tienden a ser físicamente más grandes y pueden tener una percepción de sí mismos y de los demás como más resistentes. Puede existir un sentido de orgullo en pertenecer a esa subcultura, y la romantización del alcohol puede ser parte de ello, tanto para hombres como para mujeres".
Lamentablemente, esta imagen de dureza podría llevar a los jugadores masculinos a reportar menos problemas de salud mental. Por otro lado, un mayor porcentaje de jugadoras informaron síntomas de agotamiento incluso sin haber sufrido conmociones, posiblemente debido a que reciben menos compensación por jugar y deben equilibrar el hockey con otros trabajos.
El estudio fue publicado en una edición reciente de la revista BMC Sports Science, Medicine and Rehabilitation. Andersson concluyó que "los jugadores de hockey suecos de élite deben saber dónde y cómo obtener ayuda, ya que existe asistencia disponible para este grupo". Además, enfatizó la importancia de no sentirse solo en su estado de ánimo: "Imagina ser un atleta de élite que entrena regularmente, se alimenta de manera saludable y gana bien con el deporte que ama, y aún así lucha con problemas. Debe ser aterrador y aislante".