“En el aire se siente la aprensión”, afirmó la periodista opositora cubana Yoani Sánchez.
A la pregunta de si los cubanos son más felices hoy que hace 65 años, la respuesta de la familia de Fidel Castro (1926—2016), líder de la revolución comunista que comenzó a instalarse en 1959 en Cuba, y del núcleo de privilegiados políticos del régimen que viven en el lujo y la ostentación y en una opulencia vedada a los más de 11 millones de habitantes de la isla… sería que sí.
Pero la respuesta sería que no si la misma duda se les plantea a otros sectores de una población que, con una masiva e incesante migración irregular al exterior y con insólitas protestas callejeras, expresó hastío y cansancio por seis décadas y media de vivir bajo las órdenes del régimen y obedecer en silencio para asumir sacrificios permanentes y soportar carencias generalizadas.
“En el aire se siente la aprensión”, afirmó la periodista opositora cubana Yoani Sánchez, directora del diario digital 14ymedio.com que funciona en la ilegalidad en Cuba, al subrayar que cuando los cubanos se topan en las calles “nadie pronuncia el sarcástico pronóstico de que 2024 será mejor”.
“Mientras al interior de los hogares se teme un encarecimiento, aún mayor, de los alimentos y los productos básicos, en las oficinas climatizadas de instituciones y ministerios sospechan que las medidas alimentarán protestas populares o acelerarán la emigración”, añadió.
El gobierno de Estados Unidos reportó que las retenciones de cubanos en los puestos migratorios estadounidenses subieron de 39 mil 303 de octubre de 2020 a septiembre de 2021 a 224 mil 607 de octubre de 2021 a septiembre de 2022 y a 200 mil 287 de octubre de 2022 a septiembre de 2023. En octubre y noviembre de 2023 llegaron a 38 mil 154.
“Los cubanos en general no tienen las mismas preocupaciones de hace 65 años. Hoy los cubanos están pensando en emigrar”, planteó el disidente y periodista opositor cubano Reynaldo Escobar, editor jefe de 14ymedio.com.
Sistema socialista
“Están pensando en qué va a pasar en Cuba cuando el fracasado sistema socialista se derrumbe, porque tenemos la percepción de que se va a derrumbar. Y esa es la gran preocupación, si es para bien o es para mal”, dijo Escobar a EL UNIVERSAL.
En contraste, el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), publicó el pasado 29 de diciembre que “según las previsiones yanquis, hace muchos años que la Revolución Cubana debió caer”.
“Aquí seguimos. La tranquilidad ciudadana, la voluntad de resistir y procurar alternativas son prueba de la confianza que se tiene en la dirección del país”, agregó, al reconocer que “hemos sufrido un severo desabastecimiento de fertilizantes, alimentos, combustibles, y otros insumos vitales para nuestra nación”.
“¿Cómo resistimos? ¿Cómo se ha podido proteger a la población y seguir adelante?”, insistió, para fustigar a “ciertos” medios extranjeros de prensa que difundieron una imagen de que en Cuba “tal parece que vivimos en medio de una hambruna generalizada”.
“Ciertamente, vivimos entre carencias, pero hay algo que falla en esos medios: no pueden brindarnos el testimonio de una sola persona que haya muerto de hambre; ni siquiera la imagen de un niño desnutrido por no tener acceso a los alimentos”, advirtió.
“Nuestras carencias las conocemos. Faltan medicinas, es tensa la situación del transporte, el déficit de ofertas genera alta inflación, mientras el Sistema Eléctrico Nacional no acaba de cubrir toda la demanda, y si bien los apagones ya no son tan severos, persiste la incertidumbre. Pero la mayoría del pueblo sigue apostando por su Revolución”, recalcó.
¿Democracia?
El sueño de una Cuba en democracia y libertad que surgió hace 65 años se diluyó pronto en 1959 y casi de inmediato estalló el conflicto con Estados Unidos con rango de perpetuo.
El ideal que empujó a la comunidad internacional a apoyar a Castro para combatir a la dictadura que el general Fulgencio Batista (1901—1973) estableció en marzo de 1952, lanzar una guerra de guerrillas que inició en diciembre de 1956 y concluyó con la victoria del primero de enero de 1959 y hacer de Cuba una democracia moderna, pareció empezar a desaparecer en 1959.
Por el rumbo político de Cuba y las nacionalizaciones de empresas privadas de EU por parte de Castro, Washington decretó en 1962 un embargo o bloqueo económico en contra del régimen. Cuba se convirtió, en sus 18 meses iniciales, en el primer satélite en América de la entonces Unión Soviética (URSS) y Castro proclamó en 1961 el carácter socialista de la revolución.
El colapso del campo socialista de Europa del Este, de 1989 con la caída del Muro de Berlín a 1991 con la desintegración de la URSS, golpeó con fuerza a Cuba.
Cuba culpó repetidamente de sus penurias socioeconómicas al embargo de EU. En un recuento a julio de 2023, el régimen revolucionario precisó que “a precios corrientes, los daños acumulados durante más de seis décadas de aplicación de esta política ascienden a 159 mil 84,3 millones de dólares”.
“Tomando en cuenta el comportamiento del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, el bloqueo ha provocado perjuicios cuantificables por más de 1 billón 337 mil 57 millones de dólares”, informó.
En un reflejo de su frágil y deteriorado aparato agropecuario e industrial luego de 65 años de revolución, Cuba confirmó que debe importar el 80% de su consumo anual de alimentos y paga unos 2 mil millones de dólares al año en ese rubro.
Las proyecciones oficiales plantearon que la inflación cerró 2023 en 30% frente al 39% de 2022. El peso, la moneda cubana, registró una acelerada devaluación en 2023 en el mercado informal y llegó a más de 200 pesos por dólar para un desplome cercano al 50% en comparación con 2022.
En un mensaje este domingo al país, el presidente de Cuba, Miguel Díaz—Canel, volvió a denunciar el bloqueo de EU y admitió que “hoy todo parece más difícil que siempre por los largos años soportando el criminal peso de una política de cercos y sanciones que parece infinita en su crueldad”.
“La Revolución no es la obra de un día, de un año, ni siquiera de 65 años. Es una idea, una voluntad”, sentenció.
En contraste al panorama de “resistencia y creatividad” expuesto por el presidente, la estructura de partido único regida por el PCC y de represión política se transformó en un sello del aparato cubano.
Informes de las organizaciones mundiales no estatales de derechos humanos Amnistía Internacional (AI), de Londres, y Human Rights Watch (HRW), de Washington, denunciaron la represión en Cuba. El (no estatal) Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), de Madrid, contabilizó más de 11 mil detenciones arbitrarias desde mayo de 2018 en Cuba.
El gobierno cubano desmintió que en Cuba haya prisioneros políticos o de conciencia, pero los datos de organizaciones no estatales (cubanas e internacionales) de derechos humanos denunciaron que hay más de mil, con escenarios de represión y de tortura que ya acumularon una experiencia… de 65 años.
