Tras la declaración de emergencia sanitaria internacional por un brote de mpox (anteriormente conocida como viruela del mono) en África por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es oportuno recordar el pasado de la viruela humana, la única enfermedad que ha sido erradicada.
La viruela, una de las enfermedades más temidas del mundo, causó alrededor de 500 millones de muertes solo en el siglo XX. Esta infección, altamente contagiosa, se transmitía principalmente a través de las gotas respiratorias de una persona infectada.
Sus síntomas iniciales incluían fiebre y fatiga, seguidos de una erupción característica en la piel con pústulas que dejaban cicatrices y desfiguraciones en los sobrevivientes. La viruela tenía una tasa de mortalidad de hasta el 30% en algunos casos.
Después de más de 3.000 años de presencia en el mundo, la viruela fue oficialmente erradicada en 1980, según la OMS. Este logro es considerado uno de los mayores triunfos en la salud pública global.
El profesor Paul Fine, experto en epidemiología de enfermedades transmisibles de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, lo describe como "un éxito formidable". A pesar de los muchos avances en salud pública, como el acceso a agua limpia y antibióticos, la erradicación de la viruela sigue siendo un triunfo excepcional.