Comercios sufren en silencio robos de las farderas en Monclova
La ley clasifica el robo como un delito menor, lo que propicia que los ladrones no sean castigados.
Los comerciantes dejaron de denunciar los robos de farderas debido a que las mismas leyes les favorecen al no recibir un castigo ni llegar a pisar cárcel, pese a que la mayoría son reincidentes, reconoció Arturo Valdés Pérez, presidente de Canaco.
Destacó que no es que no haya robos en los comercios, lo que pasa es que no denuncian, porque hay desánimo de los propietarios de los negocios al ver la impunidad para castigar a los delincuentes.
Apatía. Reconoció que ya tienen años sin que el comercio ponga denuncias contra el farderismo o los robos "hormiga" primero, porque no los detienen debido a que se considera un delito menor y con reparar el daño, quedan libres o ni siquiera llegan a prisión y, segundo, muchas veces tardan en darse cuenta del hurto y cuando quieren actuar, ya pasó el suceso y menos les hacen caso las autoridades. Valdés Pérez destacó que mientras el Código Penal siga sin modificación a sanciones más duras para los ladrones, continuarán operando las farderas afectando el comercio. Aunque el monto del robo "hormiga" de la gente no es grande, pues generalmente son cosas pequeñas y costosas las que se llevan y que pueden esconder en su cuerpo, así que generalmente se trata de cantidades como de mil pesos o mil 500 pesos.
"Lo que ellos puedan vender rápido y fácil, pues para ellos es su trabajo, si logran el día con 800 o mil pesos, ya la hicieron", consideró el líder de los comerciantes.
Hizo un llamado a los diputados para legislar en los temas que realmente impactan a la sociedad, como es endurecer las leyes para evitar el robo y delincuencia.
"Nadie hace nada, los diputados no legislan ese tipo de cáncer que tenemos en México, andan viendo cómo ganar el dinero y como quitar ministros y ganar las plurinominales", agregó. Valdés señaló que la Fiscalía no tiene registros de robos en el comercio, porque dejaron de denunciar y los comerciantes prefieren sufrir en silencio la delincuencia, aunque les signifique mermas y afectación en su operación.
Preferencia. Los ladrones del comercio prefieren los artículos pequeños como lociones, perfumes, maquillajes, cremas, café, cigarros, marcadores de alcohol, crayolas y calculadoras científicas, que pueden fácilmente ser escondidas en sus ropas. Genealmente las personas que se dedican a robar, lo hacen, dijo, en tiendas departamentales o negocios grandes de manera que puedan confundirse con los clientes, y, muchas veces, cuando son detectadas por los guardias o cámaras de seguridad, en la misma tienda hacen la devolución de la mercancía y, con ello, libran ser llevadas presas.
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