El cáncer de estómago, también conocido como cáncer gástrico, es una de las enfermedades más mortales a nivel global, afectando a miles de personas anualmente. Aunque tradicionalmente se asocia con personas mayores, en los últimos años se ha observado un alarmante incremento de casos en individuos más jóvenes.
Según la Dra. Anaum Maqsood, oncóloga gastrointestinal en el Hospital Houston Methodist, "aunque la edad promedio de diagnóstico es de 68 años, actualmente estamos viendo casos avanzados en personas de 60, 50 e incluso 40 años".
Este cambio en el perfil de los pacientes podría estar relacionado con factores sociales y de estilo de vida, como dietas inadecuadas, falta de actividad física y acceso limitado a alimentos frescos y saludables.
Síntomas que no deben ser ignorados
Una de las principales dificultades en el tratamiento del cáncer gástrico es la detección temprana. Los síntomas iniciales suelen ser sutiles, lo que dificulta el diagnóstico hasta que la enfermedad está avanzada. Sin embargo, hay señales de advertencia que no deben pasarse por alto:
- Hinchazón tras las comidas: Sentirse lleno rápidamente o experimentar hinchazón abdominal puede ser un indicio temprano de cáncer gástrico.
- Sangre en las heces: Heces de color marrón oscuro o negro pueden señalar la presencia de sangre, lo cual requiere atención médica inmediata.
- Indigestión persistente: Si la acidez estomacal o el reflujo gastroesofágico persisten a pesar de los tratamientos, es importante consultar a un médico.
- Pérdida de apetito y peso inexplicable: Estos síntomas pueden estar asociados con varios tipos de cáncer, incluido el gástrico.
La Dra. Maqsood resalta la importancia de atender estos síntomas: "Si los síntomas no mejoran en un plazo de ocho semanas, se debe realizar una endoscopia para descartar enfermedades subyacentes".
Factores de riesgo y prevención
Además de los síntomas, conocer los factores de riesgo es crucial para entender la probabilidad de desarrollar cáncer de estómago. Entre los factores más comunes se encuentran:
- Dieta inadecuada: Una alimentación alta en alimentos salados, ahumados o en escabeche, así como el consumo de nitratos y nitritos, puede aumentar el riesgo de cáncer gástrico.
- Consumo de alcohol y tabaco: Ambos son factores significativos en el desarrollo de esta enfermedad.
- Infección por Helicobacter pylori (H. pylori): Esta bacteria, que se transmite a través de alimentos y agua contaminados, es un conocido factor de riesgo para el cáncer gástrico.
Algunas formas de cáncer gástrico tienen un componente genético. Mutaciones en genes como el CDH1 y condiciones como el síndrome de Lynch pueden predisponer a una persona a desarrollar esta enfermedad. Si hay antecedentes familiares de cáncer gástrico, es esencial consultar con un médico para evaluar el riesgo y considerar pruebas de detección temprana.
Para prevenir el cáncer de estómago, se recomienda adoptar un estilo de vida saludable y someterse a pruebas de detección si se está en alto riesgo. Algunas recomendaciones incluyen:
- Alimentación saludable: Aumentar el consumo de frutas y verduras frescas y reducir los alimentos procesados puede ayudar a disminuir el riesgo.
- Ejercicio regular: Mantenerse activo es importante para la salud en general y puede contribuir a la prevención del cáncer.
- Pruebas de detección: Aunque no hay un examen de detección estándar para el cáncer gástrico en la población general, las personas en alto riesgo pueden beneficiarse de procedimientos como la endoscopia para detectar la enfermedad en etapas tempranas.
La detección temprana es fundamental para mejorar las posibilidades de un tratamiento exitoso. La Dra. Maqsood subraya: "En el cáncer gástrico, el diagnóstico temprano es clave. Si la enfermedad se propaga más allá del estómago, su tratamiento se vuelve más complicado, por lo que una evaluación temprana es crucial para los pacientes con alto riesgo".